En el género slapstick, lo cómico comienza entre un protagonista y un caballo, o al menos esto se observa en The Runaway Horse (1908) con Max Linder. En las primeras escenas de A Day’s Pleasure (1919) se reinventa dicho argumento, pues los infortunios se producen entre un auto y la dificultad que tiene Charlot, el personaje de Charles Chaplin, para manejarlo.
Una película en donde la participación de Edna Purviance llega a ser lo esencial para fungir ese dúo dinámico con Charlot, y además con experiencia en una vasta filmografía anterior; sin embargo, cuenta con una peculiaridad, está vez funge como la Madre, mientras que Charlot adquiere la faceta de ser el Padre.
Ante esta propuesta, es de sugerir que A Dog’s life (1918) tuvo una influencia considerable en A Day’s Pleasure (1919), pues hace que Charlot abandone su papel de Vagabundo solitario y se torne en el padre de familia. También aquella sensibilización se deba a la pérdida de su hijo y, posteriormente, el divorcio que tuvo con la actriz Madrid Harris.
Quizá en el corto de 1919 Chaplin llegó a ser consciente del concepto de la paternidad, lo que conllevo a un cambio radical del personaje, nótese que está paternidad incluso se hace presente en The Great Dictator (1941), particularmente donde el director abandona ser el personaje de Hinkel y retoma el papel paterno para brindar su mensaje —comúnmente toma la moralidad para sus películas—; y en Monsieur Verdoux (1947), donde Verdoux es el padre que brinda sustento económico a sus familias.
Otro hecho a mencionar es que se percibe la ausencia de Eric Campbell, y es que la confrontación surge con el Capitán —interpretado por Henry Bergman el cual ha actuado en A Dog’s life (1918) y en otras películas anteriores—; y con el Pasajero del Bote, interpretado por Granville Redmond, es de comentar que debido a esa ausencia los dos últimos asemejan a la robustez de Campbell. Finalmente, ante la falta del conflicto entre David y Goliat, esto es, entre Charlot y los personajes interpretados por Eric Campbell, un “nudo” característico en sus historias, el director al parecer tiene que recurrir a dos contrincantes.
La producción de Chaplin de 1919 encontró dificultades creativas, desde la imposibilidad de hallar un enemigo ideal para un personaje de las magnitudes del protagonista hasta ubicarlo en una relación conyugal, algo que tanto el personaje como su creador han tenido dificultad de experimentar, por último el propio director estaba suscrito a un proyecto paralelo y que le generaba mayor interés en desarrollar, The Kid (1921); en su conjunto han propiciado que dentro de su filmografía el corto de 1919 sea ampliamente criticado y rechazado.
No obstante, pese a que A Day’s Pleasure (1919) sea la oveja negra es de apreciar ya ese interés por el director en distanciarse de la fórmula convencional de Charlot y pondere por aquella figura paterna enfocada en el cuidado de sus hijos y el de su esposa. El valor de su obra estriba en aquel desapego que Chaplin llega a tener con su personaje principal, aunque todavía no se produce el distanciamiento total, adelantando algo que se verá en Monsieur Verdoux (1947). Permite distinguir mayormente una intimidad de Chaplin la cual en ocasiones es difícil de observar por la creatividad en un gag de Charlot.