Lo que no encontré de mí Por Mari Pineda

Supongo que en algún momento de la historia perdí un fragmento de mí, guardado en un capítulo subastado al por mayor en una venta de garaje que jamás volvió a mis manos.

Posiblemente o vaya usted a saberlo, traía consigo alguna lista o especie de receta sobre cómo volver dentro del abismo personal, cómo olvidar a alguien incluso antes de saber que tan costosa era la pérdida de un amor, los impuestos e IVA que dejan los huesos descubiertos y astillados.

Me gustaría saberlo, leer su contenido y contemplarme completa admirando el sol dorado de mayo, pero la subasta finalizó y yo no tenía un centavo para reclamar mis piezas.

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