¿Quén es Javier Gutiérrez Lozano?
Javier Gutiérrez Lozano (Puebla, México. 1988). Poeta, editor, traductor y periodista. Director General de Alcorce Ediciones y coordinador de la colección Valparaíso Ediciones en México. Autor de los poemarios Vuelta al origen y otros poemas (Venezuela, 2014), La magnitud de la distancia (México, 2015), No sólo lluvia (2015) publicado en España, Argentina, Colombia, México y su versión al inglés More than rain (2017) en los Estados Unidos.
Mi camino a Javier fue un sendero transitado, varios le seguían como corderos y al leerle comprendí por qué, él no hacía sólo poesía, se hacía a sí mismo entre páginas y tinta desgastada. Si bien, era cierto que gran parte de su éxito en redes sociales fue gracias a su libro No sólo lluvia, con pequeños fragmentos que se postraron entre publicaciones aquí y allá, fue su persistencia, aquella cuerda que amarró de su cintura a las letras para seguir aferrándose a su talento, lo que hoy lo llevó a pararse entre los poetas contemporáneos con mayor éxito en el mercado actualmente. Al leer su trabajo más conocido, su tercer libro No sólo lluvia, podemos notar como el dolor camuflado entre muertes y conflictos llenan de vida hojas que fueron escritas con musas como la guerra, pero ¿Qué pasa cuando tuviste un éxito literario, qué sigue en el camino de un poeta que ya se dio a sí mismo? En una pequeña charla con el poeta mexicano, nos cuenta cómo dejó atrás el bloqueo que se apoderó de él por más de año y medio, además de cómo fue que surgió su nuevo libro Luces últimas, del cual tendremos no solamente un poema, sino el favorito del libro de manera exclusiva.
Luces últimas es el cuarto libro de Javier Lozano, mismo que será lanzado este mismo año, está basado en la muerte sin embargo, nunca en forma de melancolía reencarnada en muerte sino con aprecio, admiración y aceptación, como esos brazos que acogieron a la muerte y que ahora pasaron a ser eso, luces, como cariñosamente son llamadas entre las voces de Javier.
LUCES ÚLTIMAS
A mis abuelas
Desde este lado de la muerte
donde el origen es apenas el camino de las cosas,
te escribo a ti, al ausente,
al de rostros de mujer y olor quebrado,
para firmar con la sangre que aún me pertenece
el común acuerdo de vivir entre las luces de esta casa.
Te diré, piel tatuada por la tierra,
ojos nacarados de laguna,
que arrojar el tarot boca arriba
ha dejado la mesa llena de colores,
de movimientos limpios,
de tan pueril su simpleza
que sólo esta realidad onírica le reconoce.
Te escribo a ti, vela que se extingue de mis pocos años,
moneda árida,
sorbo de pulque y de palabras.
Y también a ti, hija del mundo,
sublime belleza enmascarada,
piel traída del desierto,
para que con estas manos que son tuyas también,
blanquísimas como tu ofrenda,
salvemos para siempre el futuro de nuestra morada
este pedazo de finitud que devuelve
al camino eterno que nos une.
Que este contrato
firmado en el suelo que conecta a todos
nuestros tiempos,
se haga crecer la vida,
el fruto universal y el gozo
en los rostros del amor que ya conoces
y en los nombres aún por venir.
Hechicera de brillo pertinaz
maestra de la insurrección,
derrame y entrega de cual sea mi complacencia,
gato pasajero de mi infancia,
vuelve largo este camino de la muerte,
ilumina cada habitación con tu gracia pura,
incluyendo aquellas luces últimas
que permanecen cuando todas las demás se apagan.
ENTREVISTA.
RG: ¿Cuándo comenzó a tomar forma, en qué momento decidiste empezar a darle vida a Luces últimas?
JL: Tú siempre estás escribiendo y sabes que algunos poemas no pueden cuajar en x o y libro. En mi caso fue, que el último poema que escribí para No solo lluvia que se publicó en mayo de 2015, fue escrito en febrero del 2015 y disfruté mucho de él, lo presenté en España y en un festival en Macedonia. Había escrito muchos más, pero nunca quieres sonar como el libro anterior porque siempre intentas renovarte, superar expectativas que te forjas a ti mismo. Recuerdo muy bien que el poema que escribí para este nuevo libro Luces últimas, en septiembre de 2015 llamado Sobre la yerba intacta, ese fue el primero que escribí y me sonó diferente, que ya no fue una consecución de No solo lluvia. Mucha gente me preguntaba por mis otros dos libros; un libro que está publicado en Venezuela y que nunca llegó a México por los problemas sociopolíticos que se viven en aquel país y un primer libro, por una editorial extinta. Entonces comencé a hacer una especie de compendio, una selección de poemas que formaron parte de los libros anteriores y del nuevo. Sin embargo, comenzó a surgir el tiempo y con él, nuevos poemas, entonces el 80 por ciento son poemas inéditos y los poemas de los anteriores libros fueron modificados en su totalidad.
RG: ¿Alguna vez tuviste un bloqueo de escritor? De ser así ¿Cómo lo sobrellevaste?
JL: Tuve un 2016 en sequía, después un 2017 medianamente productivo la primera mitad y precisamente en esa segunda mitad de 2017 No sólo lluvia tomó un nuevo aire y comenzó a venderse mejor que nunca y la gente comenzó a preguntarme para cuándo otro y para cuando otro, claro de pronto yo leo No solo lluvia y me encanta pero sé que tiene una voz antigua que no es la voz que tengo hoy en día, entonces me empezó a dar esa riqueza, esas ganas, esa urticaria de querer sacar el nuevo libro. Cuando escribo ese poema del libro (Sobre la yerba intacta) no sabía que formaría parte de él y supe que podía darle vida en una posible publicación porque me había gustado y sonaba diferente. Sin embargo, se acumuló porque de pronto estaba recibiendo el 2017 y tenía solamente un poema escrito en año y medio. Yo estaba cagado porque había escrito unos 15 poemas pero sonaban igual o no sonaban bien y los iba desechando y sabía que eran poemas que no valían la pena y no podían ser publicables y solamente tenía uno, tuve una crisis tremenda.
De pronto te vas preguntando ¿Sí sirvo para esto o quizá No sólo lluvia ha sido lo último que escrito? No puedo dedicarme a esto, debí dedicarle a algo más. Recuerdo muy bien que algunos poetas amigos me decían que no, que era un proceso normal que vivíamos. Recuerdo muy bien que en algún momento cuando se publicó No sólo lluvia, Fernando Valverde, que es uno de mis mejores amigos y uno de los poetas que más admiro, me dijo “Javi, yo no voy a permitir que publiques un libro sino hasta 4 años después del publicado (No sólo lluvia)”. De pronto me dije ¿Pero por qué? Quizá en estos 3 años o un año puedo escribir una obra maestra entonces con el paso del tiempo entendí muy bien el por qué, porque todo lo que iba escribiendo que quizá no era malo, sonaba igual. Si suena igual no tiene caso. Pasó ese año y yo sé muy bien por qué existió esa sequía. Yo estaba trabajando en algo que no me hacía feliz y me devoraba muchísimo tiempo, me quemaba todo el día y tenía muy poco tiempo para leer y muy poco para escribir. Al año siguiente cambié de trabajo, afortunadamente se me abrieron las puertas de otras oportunidades, estuve más tranquilo, tenía más tiempo y retomé todo poquito a poco. Comenzó a regresar la poesía eso fue, dedicarle el tiempo, es como celosa, es como una novia celosa; si tú no le dedicas el tiempo, te va a mandar por saco seguro
RG: ¿Hubo alguien que influyera en alguno/os como epicentro?
JL: Sí, definitivamente los libros no se construyen solos, se van construyendo de la experiencia, así que está dedicado a todas mis luces, a toda la gente que ha pisado mi vida desde las experiencias positivas y negativas, todas van dejando una lección y te van forjando como persona.
Yo siempre tengo en mente a mi familia especialmente en este libro, hablo de mis abuelas, mis amigos, amores que han llegado e ido.
RG: ¿Cuál fue el proceso creativo que este llevo, qué es Luces últimas?
JL: Luces últimas es una conversación que tengo con mis abuelas, en el cual llegamos en un acuerdo de convivir en esta casa, misma que habitan ellas desde otra dimensión y de mi mundo. Es una conversación donde yo les cuento mi vida, sobre todo a una, con quien fui más cercano. Le agradezco todo lo vivido, por todas las enseñanzas y le pido que siga cuidándome como siempre y le recuerdo que son ellas, aquellas luces que no se apagan o que permanecen cuando las demás se apagan, esas luces que se convierten en la esperanza siempre qué hay oscuridad, que ellas me salvan, por eso se llama luces últimas, porque son esas luces que quizá la gente cree que al morir se apagan pero no, continúan e iluminan nuestro trayecto
RG: ¿Que predominará? Si bien hemos visto poemas bastante melosos y escasamente tristes, ¿Qué sentimientos fueron esta vez los que te ayudaron a plasmar tus pensamientos en esta ocasión?
JL: La muérete sin lugar a dudas pero no desde un punto de vista de la tragedia sino como una perspectiva desde la cosmovisión del mexicano porque creo que la muerte está muy implícita dentro de mi primer libro pero como una tragedia, claro estamos hablando de la guerra y en este quise tener esa voz de mexicano ya no contar una historia de las afueras sino una voz completamente regional. La temática del amor y la muerte, siempre el poeta busca eso, son las grandes interrogantes del hombre y se ven implícitas en este libro.
RG: ¿Quién fue tu inspiración/mentor cuando comenzaste a escribir? ¿A quienes solías leer?
JL: Tengo un montón de poetas que han dejado en mí su vida entera, otros que han dejado su obra entera, que han dejado quizá un libro, quizá un poema, quizá un solo verso pero los recuerdo muy bien y sé que me han ayudado a forjarme, siempre les tengo un montón de agradecimiento. Podría mencionar a poetas que han dejado un montón en mí, en su generalidad como Octavio Paz, Lorca, Ángel González, Alejandra Pizarnik. Luego ya un poco más en la cercanía, poetas que me han ido guiado no solo en su literatura sino a través de su cercanía y su cariño como Benjamín Prado, Luis García Montero, Gualdo Leiva y por supuesto siempre como guía, como uno de mis mejores amigos, como mi hermano y como uno de los poetas que más respeto y que más quiero y para mí, junto con Raquel Lanceros los grandes nuevos poetas de la literatura en español; Fernando Valverde. Fernando Valverde y sus enseñanzas, sus concejos y su cercanía.
RG: Todos sabemos que publicar un libro es dejar un poquito de lo que eres en cada pagina, ¿Cómo contribuyó este pedacito de ti en tu vida y que aprendizaje te llevas?
JL: Me llevo y me llevaré siempre un libro que me recuerda una época maravillosa, desde la incertidumbre de qué pasará después de No solo lluvia que ha funcionado bastante bien y me ha dejado completamente satisfecho, me ha dejado el principio de una historia de amor en lo personal y también su fin. Así que tengo dentro del poemario, textos que vienen de ese principio de la historia. Vienen recuerdos importantísimos como el terremoto del 19 al que dediqué unas palabras también. Creo que este libro al igual que todos, te deja una lección y sobre todo te deja una memoria más tácita, más concreta, que yo sé que al releer mi libro o cuando lo vea o cuando lo recite en algún evento me va a remontar a esos eventos y que independientemente del resultado, siempre los veré como un gran resultado, al fin y al cabo terminaron en un poema y de todas las experiencias vamos aprendiendo. Si de pronto se me olvida algo y leo ese poema sabré que no tengo que volver a errar por ese lado. Me gusta un montón, no miro el libro pensando: "No quiero leer este poema porque me va a doler", no, realmente me da gusto saber que quizá si en algún momento me enfrenté a una dificultad terminó en un poema, que me hace sentir satisfecho en publicarlo y me gusta porque suena diferente. Hay un poema en específico, lo escribí hace mucho tiempo, lo encontré muchísimos meses después y hasta me pregunté si era mío y bueno si fue mío pero lo dudé y cuando lo dudé pensé; " Muy bien, estoy sonando diferente" y eso es lo que busco, una experiencia muy bonita que me deja mucha ilusión y por todo aquello que se viene.
Para finalizar, queremos agradecer a Javier Gutiérrez Lozano por seguir brindándonos sus letras de manera cariñosa y desmedida.
Deseándole siempre el mejor de los éxitos,
Revista Golfa®