Machismo en las mujeres, con peras y manzanas Por Mari Pineda

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Machismo en mujeres.

 

Cuando leemos, escuchamos o pronunciamos esta palabra, suele pensarse que es una actitud única del hombre, un atributo exclusivo y ajeno a la mujer. El machismo es la actitud o manera de pensar de un individuo que cree que el hombre es superior a la mujer, por el simple hecho de ser hombre o viceversa. Es ridículo que personas hoy en día después de múltiples avances científicos, tecnológicos e ideológicos crean que el sexo te resta o suma intelectualidad o fuerza, pero es así.

Últimamente había estado viendo en diferentes comentarios, en las redes sociales en las cuales estoy activa, el cómo la mujer misma era machista, con ambos géneros.

Pude notarlo en pláticas simples con amigas incluso, el cómo nosotras mismas actuábamos de manera machista al criticar la vida sexual de una mujer. Juzgamos retrógradamente su actividad sexual proclamándola promiscua por vivir abiertamente su sexualidad o por dormir con un diferente número de parejas al nuestro, incluso llegamos a juzgar el lazo afectivo que poseen entre ellos y damos una sarta de opiniones estúpidas sobre el por qué está mal. Lo que sucede generalmente y por lo cual llega a ser esta actitud machista, es por el hecho de diversidad de género. Cuando un hombre, sin importar creencia religiosa o cultura tiene más parejas sexuales o vive su vida sexual de manera más abierta, le justificamos utilizando aquella frase machista de: “Si, pero en él no se ve mal, porque es hombre” como si su sexo le diera inmunidad a las habladurías y si esto pasa hoy en día es porque nosotras mismas lo vemos así, pensando que Margarita –por inventar un nombre- es una cualquiera y Carlos un hombre hecho y derecho. He notado en diversas ocasiones con grupos de amigos completamente diferentes el cómo la mayoría de las veces los mismos hombres no opinan al respeto y las que terminan juzgando fríamente este acto somos nosotras. Es aquí cuando pienso que el hecho de que algunas de nosotras no seamos capaces de vivir nuestra sexualidad abiertamente o de la misma manera, no nos da el derecho de llamar promiscua u ofendernos porque ella decidió vivir lejos de tabúes que aún nos dominan a nosotros mismos, nuestro pensamiento arcaico  es proyectado hacia una tercera de manera cruel e intolerante.

 

Por otro lado hay otras tantas que se dedican a ofender a otras mujeres que triunfaron más laboralmente hablando y automáticamente asumen que ella tiene ese puesto por alguna otra razón ajena a su experiencia o preparación. Olvidamos que posiblemente esa chica dedicó años de su vida estudiando y aprendiendo, capacitándose para el puesto que ella pose. Minimizar el éxito de una mujer solo porque el tuyo no es igual de grande es lo que nos tiene aquí.

Todo esto, aún sin mencionar aquel acto machista que nos dice que debemos  ser nosotras quienes nos encarguemos de los niños y que debemos estar siempre en el hogar, son las causas por las cuales nuestra sociedad sigue estancada en el pasado. Hay mujeres que están ahí afuera luchando para darles una vida decente a sus hijos, trabajando jornadas de ocho horas. Está de más decir que al trabajar para sacar a sus hijos adelante, esta mujer debe dejarlos encargados con su madre o padre, incluso pagar para que les cuiden y es aquí cuando entre las mismas mujeres se dice el cómo Juanita –por meter otro nombre al azar- es una desobligada por no cuidar a su hijo, que ella debería estar con él siempre, porque es su madre, que solamente el hombre debe trabajar.

                Les tengo una noticia mujeres que piensan que hoy en día se puede vivir con un solo salario teniendo una familia ¡LAS COSAS YA NO SON TAN FACILES! Y aunque lo fueran, si una mujer quiere trabajar ya sea por necesidad o meramente gusto, no eres absolutamente nadie como para opinar si ella puede o debe hacerlo.

 

No digo que los hombres estén exentos del término, no digo que sea únicamente un problema femenino, pero sí creo que muchas de nosotras solíamos ser machistas sin siquiera notarlo o a veces pensando erróneamente, que era lo correcto. No podemos solo un día poner ideales en vidas ajenas, todos tenemos creencias e ideologías diferentes y no es deber tuyo decir qué es lo que debe o puede hacer el de al lado.

Ser diferentes nos hace únicos, pero debemos aprender a diferenciar aquellas actitudes erróneas o inaceptables en nosotros mismos y cambiarlas para así poder convivir sanamente con los demás.

También debemos aceptar que los hombres son atacados machistamente, no están exentos de esta epidemia. Hay hombres ahí afuera siendo juzgados por hacer lo que según personas de su mismo sexo o el sexo opuesto, no les corresponde.

No digo que todo termine de la noche a la mañana y despertemos en 24 horas con una manera de pensar evolucionada, pero si digo que tu cambio puede ser el cambio de muchos y tal vez pronto podamos aceptar que haya mujeres teniendo sexo de manera normal sin que sean juzgadas, hombres haciéndose cargo de la casa sin que se burlen de ellos o personas creciendo laboralmente sin que alguien minimice su esfuerzo, atribuyendo que está ahí solo por su sexo.

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