¿Y si me tatúo? (Pt.2) por Mario Acosta

¿Qué sigue?

Muy bien, ya sabes que el dolor es inevitable, mucho o poco, pero estas resignado a que será una molestia temporal, ya encontraste a tu tatuador(a), te aseguraste que el lugar y lo que usarán para tatuarte es adecuado y tienes una idea bien definida, ahora, lo que sigue.

 

Asegúrate de tener una cita.

Algunos tatuadores te pueden atender en el momento que llegas al estudio, sin embargo, es recomendable que les des tiempo para preparar bien todo, así el tiempo que ellos te dediquen será el necesario para que la pieza cumpla con la calidad necesaria, ya sea en una o varias sesiones, comprenderás que agendar una cita, es mejor.

 

Procura llegar con anticipación y usa ropa cómoda, no querrás lidiar con prendas ajustadas o complejas en plena sesión. La higiene es vital, en primera porque podrás prevenir infecciones posteriores y en segunda, ¿no te daría pena que el tatuador tuviera que apresurar su trabajo simplemente porque no soporta tu “aroma”?

 

Algunos tatuadores te pedirán que el día de tu cita, depiles el área de tu cuerpo donde trabajará o bien, él o ella pasara un rastrillo para retirar el vello corporal. Esto también es por higiene y para que los pelillos no estorben al momento de trazar una línea o hacer un relleno o una sombra.

Es recomendable que lleves agua para beber, una manzana o chicles, algo pequeño, siempre es bueno. Si durante tu sesión sientes alguna incomodidad, molestia o un dolor excesivo, hazlo saber a tu tatuador, la leyenda urbana de que muchos de ellos tienen la “mano pesada” es cierta y si no externas tu malestar puedes terminar con una lesión y una cicatriz que hará ver mal tu diseño.

 

¡Listo, la sesión terminó!

Una vez concluida la sesión, tu tatuador(a) cubrirá tu piel con un plástico delgado, como el que usan para envolver comida. Por recomendación, deberás dejarla puesta mínimo una hora, esto ayudará a evitar el polvo, agua o cualquier cosa que pueda contaminar tu piel. Notarás que se acumula un poco de sangre bajo el plástico y sentirás un poco de ardor, es normal, te acaban de perforar la piel.

 

Una vez en tu casa y pasada una hora después de tu sesión, retira el plástico y lava tu nuevo y sin duda impresionante tatuaje con un jabón líquido antibacterial, de preferencia haz espuma en tus manos y frota, enjuaga y seca. Tu tatuador te va a recomendar que uses una pomada, la más conocida y recomendable es una que no precisamente es para el tratamiento de tatuajes, más bien, es para tratar las rozaduras de los bebés… lo sé… suena raro, pero sirve mucho.

 

¡Cuídalo!

Los cuidados en los días posteriores a tu sesión definirán la calidad final de tu tatuaje, por lo menos dos semanas, dependiendo el tamaño de tu pieza. Lava por lo menos dos veces al día tu tatuaje y mantenlo humectado con pomada. El secreto es retrasar la aparición de una costra, permitiendo que el pigmento se fije del todo en la dermis, que es la capa de la piel en donde se aloja la tinta y se mantiene estable.

 

Por cierto, ¿pensabas que el dolor de la aguja era una molestia? Pues no. El dolor del tatuaje durará uno o dos días, sin embargo, en el proceso de cicatrización tendrás que lidiar con algo más: LA COMEZÓN…

 

Nunca, por nada del mundo, rasques el área del tatuaje. Puedes causar infecciones, decoloración del tatuaje o cicatrices muy visibles. Si quieres aliviar la molestia, usa a la que se convertirá en tu mejor aliada, la pomada contra las rozaduras (lo sé, sigue siendo raro el hecho de que sepas que la pomada que usas es para bebés…) deberás esperar a que se forme una costra delgada y dejar que esta se desprenda por sí sola de tu cuerpo.

 

Otras recomendaciones generales son: evitar que la luz del sol llegue de manera directa al tatuaje (incluso una vez sanado al cien por ciento es recomendable usar bloqueador solar), durante el proceso de cicatrización evita albercas o agua de mar, ríos lagos, baños de vapor, regaderas públicas, lugares con mucho polvo, en fin, lugares en donde tu tatuaje se pueda contaminar y, por lo tanto, corras el riesgo de una infección.

 

Hace algunos años, te recomendaban incluso cuidar tu alimentación, esto, tomando en cuenta de que estas tratando una herida en tu piel y los alimentos que contienen irritantes pueden retrasar que tu tatuaje sane. Actualmente esta recomendación no se hace mucho, pero por si las dudas, mejor consume alimentos bajos en grasa e irritantes.

 

 

 

¿Qué hago si se infecta?

Sabrás que tienes una infección si el dolor no sede en unos días, notas pus o una capa viscosa y la temperatura en la zona del tatuaje es mayor que la del resto de tu cuerpo, las molestias serán más que evidentes. Primero, no te espantes, pero tampoco lo tomes a la ligera, no te automediques y ve con tu médico de cabecera, él sabrá que hacer.

 

Ya sanó… ¿y ahora?

No resta más que una cosa, empieza a buscar tu próximo tatuaje, porque créeme, vas a querer más de uno.

 

Todo lo que leíste se resume a buscar un buen tatuador, un buen estudio de tatuajes, que tu idea sea algo que a ti te guste y que cuides tu tatuaje hasta que sane por completo. Espero que todos estos consejos te sirvan de algo, decide bien y ¡que venga la tinta!.

 

 

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