Mujer adúltera Dulcinea Camargo

Condenada fui delante de los hombres,

por encontrarme en el acto del adulterio.

Fui apresada por el deseo,

llevándome a juicio por mis amantes.

 

Sin piedad me llevaron al calabozo

y me dejaron desnuda,

con grilletes fui encadenada

y mi alma sollozo.

 

Me lamenté por haber errado

cometiendo adulterio,

y corrompiendo mi alma

por falta de entendimiento.

 

Me preguntaba dónde estaba mi amante

con el cual saciaba mis deseos,

¿Por qué no fue apresado conmigo

y llevar la condena si ambos pecamos?

 

Nuestros ojos fueron llamas del deseo

y la codicia entró a nuestro corazón,

nos sedujo la lujuria y la pasión,

¡esto parece mi maldición!

 

Si ataviada iba a su tálamo

y nos envolvíamos en colchas de seda

con aromas a incienso perfumados,

ahora solo quedó aroma a muerte.

 

¿Dónde está el que amó mi alma?

Pecadora fui juzgada delante del mundo,

Impura y llena de maldad

y cómo necia para ser castigada.

 

Caigo en un profundo abismo,

esta tarde se viste de tinieblas,

mi alma esta moribunda

y cautiva me encuentro.

 

Dulce Dulcinea

Arte: George Hare.

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