De Londres pero radicado en Nueva York, el joven artista Zach Nutman, ofrece a la vista una conservadora técnica con bordados decididamente explícitos. Esta obra, a la que su autor llama Needleporn, combina imágenes de sexo y un pasatiempo tradicionalmente femenino, donde la mujer ama de casa cose flores, aves o cualquier otro tipo de belleza natural apacible.
En los bordados de Nutman encontramos masturbación, tríos, sadomasoquismo, mujeres entretenidas en un cunnilingus, hombres en la bañera, botas y sombreros, juguetes sexuales, tacones. Para representar estas escenas, Nutman toma inspiración del artista Tuoko Laaksonen (1920-1991), a.k.a. Tom de Finlandia, dibujante de ilustraciones homoeróticas y reconocido pionero de la cultura gay.
Su intención es “representar el sexo queer duro” –en este caso entendiendo queer como lo no heterosexual– de “forma saludable” a través del bordado, en cuya “naturaleza matriarcal” encontró el medio indicado. Sin duda, la intervención entre el tema y la técnica combina muy bien porque genera una transgresión de elementos estereotipados –en este caso, la técnica del bordado y el tema del sexo LGBT+– y nos muestra ese otro lado de las bellezas otrora censuradas tenazmente para el ojo público.