Quiero unos ojos cafés que se muestren vulnerables ante la maldad en el mundo, ante la inocencia infantil, ante la premura de saberse mortal en una sociedad que pretendiera vivir eternamente.
Quiero una mente que se ilumine como la de los niños ante la salida de una puesta de sol, ante la complejidad de un mundo que nos es ajeno y que sin embargo habitamos como algo tan nuestro.
Quiero una risa escandalosa, quiero una risa que no tenga miedo de manifestarse contra la solemnidad del silencio, quiero una risa que no tenga miedo de decir que el absurdo y la sátira de la comedia a veces pueden ser otra de las grandes cualidades de la humanidad.
Quiero un abrazo que se quede impregnado en mi alma por semanas y que me recuerde en las noches frías que el mundo no es tan obscuro y siniestro.
Quiero lo humano y lo cotidiano del mundo pues no sé si el Amor existe, pero quiero ir agarrado de una mano cuando las estrellas celosas nos miren pasar y cuando los pájaros cantores anuncien la llegada de la primavera.
Fotógrafa: María Paola Garrido Barrera (paogarriido)