Repíteme su nombre.
Claro que lo recuerdo.
El aroma de la lluvia me recuerda lo mucho que disfruta los días fríos.
Recuerdo lo mucho que detesta ver en tus manos mujer un cigarro.
Está loco, recuerdo sus ideas, sus ocurrencias, sus imposibles.
Estarás fascinada amiga mía, con la ternura de su sonrisa y la seguridad de sus abrazos.
Recuerdo su verdad y el dolor que carga en su alma. Aquel que no le pude quitar.
Es inestable, es sensible, es detestable.
No creas mucho a sus promesas y menos aquellas que tanto te repite. Se le olvidan de vez en cuando.
Se rompe y explota, pero su corazón es más noble.
No le menciones el pasado, lo tiene muy presente.
No vayas a preguntar demás.
No lo ignores, él no lo hará.
No dejes que te gane el orgullo, él no acepta competencia.
Míralo a los ojos y ve que hay más en ellos de lo que puedes imaginar.
Bésalo como si de eso se tratase la vida.
No dejes que su mano caiga mientras duerme.
Dile que lo está haciendo bien, porque lo está haciendo bien.
Si tienes suerte amiga, te hará feliz.
Te dará su corazón, sus mejores días, sus noches incondicionales.
Llegará a ti cuando estés ausente.
Cuando sientas un poco de frío en tu interior.
Te levantará y no permitirá ni un poco que tropieces. Y si lo haces, te proclamara humana, y te hará sentirte diosa.
Te enseñara mucho sobre la vida, principalmente todo aquello que no te guste.
No lo odies, porque te hará amarlo.
Claro que lo recuerdo.
Construimos algo que llamamos "nuestro".