Aunque Spider-man fue incorporado a la continuidad del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) el año pasado en la cinta Spider-man: Homecoming, Sony aún puede utilizar al personaje para sus propios proyectos, y por Dios que lo va a hacer.
Aunque al principio rolé los ojos al enterarme de este tercer intento de Sony de construir una franquicia arácnida (cuarto si uno cuenta Venom), y me preparé para una nueva decepción, convencido de que Sony no podría superar los dos filmes de Sam Raimi, ni el mencionado Homecoming de Marvel, quedé más que complacido tras ir a ver Spider-man, un nuevo universo.
De entrada, se trata de una cinta animada, y resulta bastante espectacular, pues el uso de varias técnicas da como resultado una mezcla alucinante, a medio camino entre la película animada y el cómic. El estilo visual es atractivo, colorido, novedoso. Todo bien ahí.
En cuanto a la trama: es también bastante atractiva y novedosa, pero requerirá un poco de paciencia por parte de ciertos lectores no acostumbrados a la maravillosamente absurda lógica del cómic.
Como muchos sabrán, el “universo” Marvel es en realidad un “multiverso”, esto es, un conjunto enorme, monumental, apabullante de universos alternativos, en cada uno de los cuales existen versiones alternas de los personajes de los cómics, pero en diferentes contextos, líneas de tiempo, etcétera. De hecho, para cada versión o iteración de un personaje de Marvel en un medio nuevo, y para cada divergencia de eventos que ocurren en la continuidad de los cómics, existe un correspondiente universo alterno. Por ejemplo: la continuidad principal de los cómics de Marvel es el universo 616, el universo Ultimate es el universo 1610, el UCM es el 199999. Y hay universos para cada versión de Spider-man aparecido en series animadas.
Siguiendo esta premisa, la cinta se centra en Miles Morales, un joven afroamericano que vive en un universo en el cual ya hay un Spider-man, reconocido como una celebridad heroica en su dimensión. Miles es mordido por una araña radioactiva y desarrolla poderes arácnidos, pero no los controla.
Cuando el Kingpin trata de utilizar un acelerador de protones para abrir una puerta a otras dimensiones y recuperar a su mujer e hijo muertos, es interrumpido por Spider-man, y se desata una pelea de la cual Miles es testigo. El acelerador explota y Spider-man queda malherido. Miles se acerca a su héroe, quien percibe que hay una similitud entre ambos, y le da a Miles una usb necesaria para detener el acelerador. Miles escapa, pero es testigo del asesinato de Spider-man a manos del Kingpin.
Miles busca seguir los pasos de su héroe, pero no puede controlar sus poderes. Cuando visita la tumba del recién fallecido Peter Parker, se encuentra… con Peter Parker diez años más viejo, con panza, y algo cínico. Este Peter explica que es viene de otra dimensión, en la cual estuvo casado con Mary Jane, pero se ha divorciado porque no quiso tener hijos.
Miles y Peter entrarán en una dinámica de aprendiz y maestro reticente, hasta que descubren que hay más gente arácnida, pues otras cuatro versiones del personaje han aparecido en esta dimensión, jalados desde sus respectivos universos: tenemos a Spider-woman, que los fans conocerán por el cómic Spider-Gwen, a Spider-Noir, una versión del personaje ambientada en los años 30s y en blanco y negro, Peny Parker y su robot, que pertenecen a una versión anime del personaje y, por supuesto, el sorprendente Spider-Ham, un cerdo de un universo de caricatura.
Juntos, deben hallar la forma de volver a sus respectivas dimensiones, y para ello deben aprender a trabajar en equipo, y Miles, particularmente, debe aprender a confiar en sí mismo y dar ese salto de fe tan necesario para volverse un Spider-man por derecho propio.
En suma, es Spider-man, un nuevo universo una película que agradará a los niños por su variedad de personajes, por su tono divertido y la calidad de la animación, pero que también gustará a los mayores porque, por primera vez en el cine, somos confrontados a un Spider-man cansado y cínico, que ha tenido que poner su vida a un lado para seguir el camino superheroico, pero que también ha sufrido las consecuencias que ello conlleva. La relación entre Peter y Miles se perfila como de padre e hijo, o mentor y aprendiz, y no tiene desperdicio ver a nuestro amigable vecino en este contexto.
Esteban Govea es lic. y mtro. en filosofía, narrador, guionista y poeta. También escribe reseñas de cine y tiene un blog: https://elenervatorio.wordpress.com/. Tiene tres libros en Amazon: La Poética Robot, La Música Cósmica y Sexto Sol.