Qué es la resistencia sino una forma de vida. No me malentienda cuando me refiero a “forma de vida”, no lo uso con la intención clasemediera de exhibir hábitos con insignias de oropel, como si hablara de un estilo; porque si algo no presume la resistencia es del glamour de la tramposa vida cotidiana.
Resistimos desde tiempos ancestrales- al menos lo que entendí de mis clases de historia- como evocación a la libertad o por mero sentido común. Yo sé que estos dos pensamientos pueden ser contradictorios, pues evocar a la libertad implica cierto grado de consciencia sobre el mundo que nos cobija y de lo que debe ser transformado porque atenta contra nosotros. Por otro lado, el sentido común refiere a los conocimientos compartidos socialmente, que nos permiten obviar las situaciones del día a día; por supuesto, aquí se incluye la supervivencia. Disculpen si divago, es parte también de la resistencia o quizá del cansancio acumulado. Tal vez usted sepa más de este asunto que yo.
Resistimos desde la infancia, desde el nacimiento, incluso mucho antes con nuestros padres, abuelos, bisabuelos… Con sus historias de vida, sus fotografías familiares masticadas por el tiempo, sus travesías cansadas desde lugares lejanos, sus protestas constantes hacia lo que sea que fuese que no dejaba que llegara el pan a la mesa un lunes por la noche. No fue dado un cuerpo y una mente para no dejarnos morir en el centro de la incertidumbre, del misterio que aguarda en la esperanza de un sitio mejor que este. Bendita biología, te tuve tan presente.
Resistimos como podemos y contra quienes podemos, a veces contra nosotros mismos. Vera, es una idea simple, la resistencia implica más que un acto de subversión de los rostros huesudos en una huelga de hambre, en la sangre que se pronuncia con dificultad del 2 de octubre de 1968 o en los residuos de una pinta sobre cualquier monumento al que hemos sobrevalorado por aquello de la unidad nacional. Resistimos como compromiso político, individual, colectivo, humano. Resistimos porque es la manera en que hemos aprendido a enfrentar a este continente y a este país, con el amor implícito que no falta.
Resista mientras haya motivos para resistir.
