Lo impensable sucedió, el paro laboral convocado por la Comunidad Estudiantil UG logró congregar a 3 de las máximas figuras de la política local en el Teatro Principal de la capital: al Gobernador Constitucional del estado de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, al Rector General de la Universidad de Guanajuato Luis Felipe Guerrero Agripino y al Presidente Municipal de Guanajuato Alejandro Navarro Saldaña.
Desde temprano las abejas empezaron a hacer fila frente al recinto para ser testigos del diálogo que giraría en torno al pliego petitorio publicado por la comunidad, a las 9 de la mañana con 10 minutos, aparecieron frente al recinto los panistas quienes intentaron ingresar primero al evento, sin embargo, fueron detenidos por los estudiantes quienes les hicieron saber que ellos serían los últimos en ingresar. Cuando el último alumno ocupó su asiento, caminaron hacia el escenario por el pasillo principal 3 de los 4 convocados al diálogo.
El escenario lucía vacío pero intervenido por 4 sillas que estaban designadas para que fueran ocupadas por los titulares, cuando ellos finalmente se sentaron frente a la colmena, un alumno indicó guardar un minuto de silencio en memoria de Ana Daniela Vega, “quién hasta el periodo enero-junio de este año estuvo inscrita en la licenciatura en Biología Experimental” según los Comunicados Institucionales de la UG.
En el momento que se dio a conocer que Carlos Zamarripa Aguirre, el famoso “Fiscal Carnal” del estado, no estaría presente en la reunión, una estudiante a través del micrófono informó: “Sin los cuatro, no hay trato. Muchas gracias”. En ese momento las abejas empezaron a salir ordenadamente del recinto dejando de pie y sin siquiera permitirle la palabra a ninguna de las 3 figuras que ante ellos se dieron cita. Alejandro Navarro presentaba signos de nerviosismo y preocupación, Diego Sinhue ladeo la cabeza y Agripino se mantuvo hierático. De pronto el panorama general mostraba a tres hombres ignorados en el escenario a quienes los jóvenes les daban la espalda. En ese momento recibieron un seco, frío y duro golpe, una cachetada con guante blanco, los funcionarios eran ignorados por una comunidad que se había levantado en manifestación para hacer visibles los casos de acoso universitario, por el encubrimiento, por compadrazgos, inseguridad, por no dar respuesta oportuna a tragedias y exigencias, por verse tibios e insensibles ante las injusticias que la comunidad estudiantil ha sufrido durante años.
Los estudiantes no rayaron, no gritaron, no agredieron, no insultaron, simplemente le dieron la espalda a sus autoridades como ellos la han sentido cada que intentan denunciar.
Lo que hoy se escuchó en silencio fue una postura clara: la comunidad universitaria UG ya no permitirá la impunidad, el silencio y el “aquí no pasa nada”. Le exigirá a sus autoridades, ya no permitirá que ni este, ni futuros rectores actúen de manera complicitoria con los señalados a comparecer a la justicia. No dejará que los presidentes municipales no se hagan cargo de procurar la seguridad y la vida de los ciudadanos que él representa. Y no callará para demostrarle a Sinhue que es un funcionario como muchos otros, sujeto a las exigencias de sus gobernados.
Y para la silla vacía, que sepa, que sepa muy bien que ahora todos vemos que brilla y destaca por su ausencia.