RENACIMIENTO
I
He aquí que despierto en un mundo donde ya había nacido
y he aquí que mis ojos no son los mismos
pues me parecen ahora los de una bestia;
en ellos caben todas las distancias,
como en el reloj de mi bolsillo todos los tiempos.
Mi nueva vida en este mundo me parece hoy
tan sólo una fácil partida de ajedrez.
A mi conveniencia he de mover siempre las piezas.
II
Sí, definitivamente el mundo es ahora más bello.
Más cruel, sin duda, pero más bello.
¿Te has sorprendido de la belleza de las llamas en las que arde el hereje?
¿Has llorando en los primeros instantes de la alborada?
Oh cuanto me duelen los ocasos,
y qué vulgares me son los días soleados y concurridos.
Me gusta ir de noche a las iglesias,
tocar los altares luminosos
y burlarme de la agonía de los santos.
¿Por qué Jesucristo no fue como nosotros?
Si un nido cae, mi amor lo regresa al árbol.
Si un humano me lastima, sin remedio lo destruyo.
Cada aroma, cada melodía es ya más dulce en el aire.
Estoy tan vivo.
III
He aquí que despierto
y para siempre vivo en el encanto.
Seducir o exterminar es ahora tan fácil
como extender mi mano hacia tu hombro
y darte las buenas noches.
POLARIDAD
I
Apenas el beso del cálido néctar en mis labios
y la noche vibra de melodías embriagantes
y el amor se hace presente
y siento que tengo un hogar
¡y es tan fácil enamorarse!
Entonces el dolor parece extinguirse
y uno generalmente no piensa en el hueco.
Y después…
las luces de la noche son… oh… su brillo
y siempre camino a ellas.
Es agradable descansar el pecho
bajo la lámpara de los callejones
y permitir al corazón tomar su habitual ritmo.
Y entonces…
Música, baile,
¡amor por todas partes!
Poesía en los teatros abandonados
y en las catedrales.
Música, baile;
¡un alegre piano suena por todas partes!
Caminar por las solitarias plazas,
observar la luna y las fuentes,
acariciar a las bestias de los carruajes.
¿Qué…? ¿No lo sientes?
¡Está en todas partes!
II
Sucede que después de algunas horas
la necesidad es martillante y se siente en el pecho.
La tibieza cobrada en mi cuerpo mengua
y el dolor arriba de nuevo.
Como oprimido por el llanto de un violín
miro el hueco en mi interior,
origen de mis cuestiones más inquietas:
¿Hacia dónde marcho?
¿Por qué el camino es tan largo?
Hacer latir un corazón hasta la muerte,
huir, dar caramelos a los niños
y correr con ellos a la sombras…
Esta forma de vida me aterra
y esclaviza.
No hay remedio: el hueco permanecerá
eternamente o hasta que decida desviar el camino
hacia algún amanecer.
La no-luz parece arrullar mi desgracia
y el sitio herméticamente cerrado
es lugar perfecto para escapar momentáneamente del mundo
en el que vivo marginado.
SECRETOS REVELADOS DE NUESTRA ESPECIE
Contamos el tiempo en noches
y para morir faltan para siempre muchas.
¿Te has asombrado de lo pequeño que es el mundo
en que las especies tenemos que cohabitar?
En las horas nuestras acciones siempre serán precisas.
Algún día hemos de morir y nunca despertar
para que otros animales se alimenten de nuestros cadáveres.
Vivimos para siempre en la magia
y nuestras palabras deberán ser siempre letales,
como letales son las flechas envenenadas
con la que se proveen de sustento los primitivos.
Para siempre seremos selectos
y el pasado remoto de los pueblos nunca será nuestra culpa.
Y todos queremos amar.
¿Has descansado en unos brazos amados?
Algún día hemos de morir para nunca volver a despertar.
Lentamente se extinguen los contados ocasos.
¡Ay de las manos que recojan las preciosas flores sobre nuestras tumbas!
Algunos siempre van a reconocerse en ti,
pero tú para siempre debes ser más fuerte y más hermoso
y permanecer hasta final de la fiesta.
Tan sólo es la ley de la vida.