No críes a un Juan Pablo.
No soy madre, posiblemente nunca lo sea o falte una eternidad para ello, sin embargo, tengo un bello sobrino; Juan Pablo.
Todo comenzó cuando era un pequeño de tan solo un año de edad, un bebé. Los bebés no tienen aún conciencia sin embargo, diversas investigaciones psicológicas han concluido que estos pequeños seres amorosos tienden a tener conductas cuya respuesta de terceros, beneficia en algún modo su entorno. Juan Pablo era así, un niño que lloraba mucho cuando tenía hambre y jalaba a su madre de la camisa cuando requería atención. L, por otra parte –así nos referiremos a su madre- tenía tan solo 21 años cuando decidió darlo a luz, fue madre soltera y mi familia siempre estuvo ahí apoyándole, si algo nos caracteriza es la solidaridad. Al principio todo fue difícil, más para una joven que no tenía ni la más mínima idea de lo que era ser responsable completamente de una vida ajena, ella aún debería haber estado comiéndose al mundo, explorándose y explorando lo que le asfixia, sin embargo, no consideramos a Juan Pablo un "Error".
Cuando Juan Pablo cumplió dos años y medio, su madre comenzó a trabajar y emprendió nuevas actividades que les beneficiarían por lo cual, Juan Pablo se quedaba en un sillón viendo videos en internet o jugando; aprendió demasiado rápido lo que era la tecnología y cómo saltar esos anuncios irritantes de YouTube.
Veía TODOS LOS DÍAS Cars y Paw Patrol, sin embargo, en YouTube solo salían -la mayoría de las veces- videos en inglés, meses después Juan Pablo se acostumbró a aquel idioma.
Sé que ahora no parece grave, que es únicamente la necesidad latente de su madre por sacarle adelante, lo que detonó aquellos videos y es algo real.
Para continuar con otro enfoque, hablaré de las comidas de Juan Pablo.
Juan Pablo ama comer, puede comer cereal, gomitas y pizza al mismo tiempo mientras reproduce aquellos videos, sin embargo, ya que es un infante demasiado ocupado, se le acostumbro a llevarle la comida a la cama, SIEMPRE. Parece un acto lindo hacia tu hijo e incluso inofensivo, sin embargo a esa edad ellos pueden caminar perfectamente y tomar su comida, L lo hizo dependiente a ella incluso en eso.
En cuanto a dulces, cuando cumplió los tres años, abundaban en sus bolsillos. Solía llorar por HORAS, solamente para obtener aquellos caramelos que lo hacían hiperactivo.
Cuando era hora de dormir, aquella energía no gastada consumía su cuerpo y el insomnio era su mejor amigo entonces, L, le ponía Discovery Kids para que de esa manera el estuviera quieto mientras ella dormía después de un día cansado, minutos más tarde él también terminaría exhausto; siempre la misma rutina.
Es aquí cuando recopilamos:
Juan Pablo tiene aproximadamente 3 años y 5 meses ahora, va al Kínder y no puede expresarse fácilmente con otros pequeños, ya que en ocasiones utiliza palabras en español y otras tantas en inglés. Además de ello no sabe varias más, entonces su habla es incompleta y aun cuando niños de su edad ya pueden formar oraciones un tanto estructuradas, él tiene que decir "am am" para expresar que quiere comida.
Juan Pablo ahora es malcriado y no sabe lo que es caminar con un plato ya que jamás se le enseñó a hacerlo, tú debes darle TODO en la cama y cuando no es así, él de verdad se esfuerza por que lo sea; aprendió como manipular el entorno a su beneficio.
Juan Pablo tiene Tres años y debe ir a terapia para gastar aquella energía que los dulces le dieron gratuitamente y es cansado para él, ahora tiene algún tipo de dependencia a ellos (me da miedo llamarlo de esa manera pero cuando no los tiene llora, se encapricha e incluso comienza a ser agresivo)
No quiero de alguna manera decir que creció como no debía sin embargo, así fue.
Podemos ahora culpar a una madre cansada que trabajaba por su hijo o podemos culpar a Dios si quieren. Lo que trato de hacerles ver – si es que tienen un pequeño- es que tenerlo todo, darles todo y complacerlos en todo terminará convirtiéndolos en un pequeño Juan Pablo.
No me molesta como es, lo adoro, es tierno y un poquito gordo. Sin embargo, me paro a pensar que calidad de vida le estamos dando, qué hubiera sido de él si L, no hubiese trabajado tanto, quién sabe, tal vez ahora él podría decir "Tengo hambre" en lugar de "am am".
No te conviertas en L, créeme, tu hijo completamente funcional no necesita problemas que pudiste haber evitado si no hubieses creído que él lo merecía todo.
Tu hijo “malcriado” no es el problema, el problema siempre fuiste tú.