Honestamente, cuando vi el cartel firmado por Disney, no me dieron muchas ganas de verla. El cuadro de actores podría llamarte la atención… Reese Witherspoon, Chris Pine, Zach Galifianakis, Will McCormack, Michael Peña, Daniel MacPherson y bueno, también Oprah Winfrey. Para colmo de males, leí una crítica “bienintencionada” como dice la misma, que acabó con mis expectativas completamente.
Para los que me conocen, saben que en todo momento intento decir que una película “me gustó” o “no me gustó”. En ningún momento quiero decir que es buena o mala, porque cada quién tiene su forma de ver la vida… y el cine.
Después de varias películas y de que quitaran Un pliegue en el tiempo (Nombre no tan comercial como quisieran) basada en un libro de Madeleine L’Engle, escritora francesa (subrayado francesa, por favor).
La película fue bien recibida. No fue una bomba ni rompió records de taquilla, pero el fue bien. Y honestamente por el gusto del cine y porque vi el avance, me dieron ganas de verla en estos días tranquilos en casa. Otra cosa más en contra de la película… no la vería en cine. Para mi, las películas ganan un 30 por ciento de agrado en la audiencia si se ven en cine. Pero verlas en video nos lleva a perder cierto encanto cinematográfico y las convierte solo en algo que podemos pausar, o poner en espera para una mejor ocasión. Yo me he propuesto ver películas completas como si no tuviera el control y lo he logrado, pero nunca se comparará ver el cine en el cine.
Pues bien, sin muchas esperanzas y tampoco sin muchas ganas comencé a ver A wrinkle in time. Es una obra que no intenta descubrir el hilo negro del cine y tampoco cambiar la visión multidimensional que muchos pueden tener. Tampoco es una película que evoque los recuerdos de la autora o el director como ROMA (ya muchos hablaron de ella). Y por supuesto ninguna de las actuaciones es impresionante. Con todo eso, a mi me pudo encantar la película. Es una de esas películas de Disney que no está tonta o vacía. Que no está llena de clichés de amor y esperanza, sino que los presenta de una manera muy realista, dentro de la fantasía visualmente maravillosa presentada durante toda la película. Que no está llena de sentimentalismos ni de mensajes absurdos de… bueno, absurdos. Y que no quiere tergiversar el mensaje para hacerlo “más bonito” como muchas películas de la productora.
Dicho lo anterior, regreso al porqué subrayé la nacionalidad de la escritora. Pocas veces Disney respeta la esencia de la ideología de los escritores y la americaniza, convirtiéndola en otra película para el canal de televisión, por decirlo de alguna manera. En esta ocasión dejó que lo francés se reflejara perfectamente en los personajes y en la pantalla. Esa esencia del cine francés de fantasía se presentó en todo momento y en todas las actuaciones, incluso la de Oprah. Para aquellos que han visto cine francés fantástico estarán de acuerdo conmigo.
Cabe hacer mención a la actuación de los tres niños. No es forzada, sobreactuada ni exagerada y junto con las actuaciones de los adultos hicieron que fuera una película sin saturaciones actorales y permitiera disfrutar lo maravilloso del lenguaje visual.
A wrinkle in time es, concluyendo sencillamente, una película bien dirigida, bien actuada, bien producida y bien editada y presentada al espectador que, la verdad, y si me permiten recomendar, vale la pena ver.
Quise platicar de esta película antes de ver A Christmas Carol de 1984 con George C. Scott (es la versión que a mi más me gusta) y que todos los 25 de diciembre veo (tradición personal y unilateral), porque creo que vale la pena ponerle una palomita a Disney. Solo espero que algunos de ustedes estén de acuerdo conmigo.
Les deseo un gran año 2019. De corazón y más allá de los nombres y las ideologías lo espero.