En su nuevo álbum “Psifonocromancia”, la banda poblana Veassun emprende un viaje hacia la expansión de la conciencia a través del sonido. Más que un simple ejercicio musical, este trabajo es una exploración estética y filosófica sobre la transformación del ser humano, donde cada nota busca resonar con los estados mentales y espirituales del oyente. Las nueve piezas del disco actúan como portales: paisajes sonoros en los que la energía, la melodía y la intuición se funden en un proceso de transmutación interior.
Las influencias que dieron forma a “Psifonocromancia” provienen del universo del cine de culto, donde la imagen y la metáfora dialogan con lo inconsciente. Películas como El mago de Oz, La montaña sagrada y El topo son los cimientos simbólicos de este álbum, no solo por su carga visual, sino por su búsqueda de lo místico a través del arte. Al igual que Jodorowsky o Fleming, Veassun plantea una odisea sensorial donde el color, el sonido y la emoción se entrelazan para revelar lo que hay detrás del velo de la realidad.
En su propuesta, el grupo se mueve entre la psicodelia, el rock alternativo y la experimentación, construyendo un lenguaje propio donde cada frecuencia es una pincelada y cada silencio un respiro del alma. La banda parece entender la música como una herramienta alquímica: una fuerza que no solo entretiene, sino que transforma. Por eso, Psifonocromancia no busca explicarse, sino experimentarse; no busca respuestas, sino preguntas.
Grabado y mezclado por Jesús Mojica en Ciudad de México y masterizado por Luis Crivelli, ganador de un Latin Grammy, el álbum encuentra su equilibrio entre lo técnico y lo espiritual. Sus videolyrics, fotografiados por Emanuel Magdaleno, completan el círculo estético al ofrecer un correlato visual a la experiencia sonora. Con Psifonocromancia, Veassun reafirma su intención de llevar el indie rock mexicano a un plano más elevado, donde la música y el arte se confunden con la búsqueda interior.