El último mes del año ha llegado, para decirle adiós al otoño, y con él, a todo lo ocurrido hasta el día de hoy.
Es hora de checar la lista de pendientes que nos hacen reír de la insensatez de cosas escritas o preocuparnos por el retraso o incumplimiento de las mismas.
Toca elegir el outfit para cada fiesta familiar, los convivios entre colegas, o las reuniones con los amigos, buscar los regalos, los vuelos, los adornos; la sonrisa.
Recapitular, esperar, emocionarse, vivir lo que queda del 2019 como si todos los días fuesen viernes, respirar profundo, y preguntarse: ¿Y al final, qué sigue?.
Tal parece que cada año se cuela por nuestro pelo como el aceite escurridizo, no importa que tipo de aceite o menjurje se utilice, pues siempre queda el olor o la sensación en los dedos, y aunque parezca inofensivo, acaba por dejar rastros o dejar vacíos, y cuando no lo hace, queda el sentimiento de estar seco y necesitar casa vez más.
Pero tranquilízate, porque no es momento de insomnios por dudas existenciales, o de tristeza por echar de menos a alguien, mucho menos de arrepentimiento por lo circunstancial en tu vida.
¿Y al final, qué sigue? eso lo decides, tú.