Hoy te recordé tres veces por José Reséndiz

Madre, hoy te recordé tres veces

y debo decirte que en mi ánimo

te sigues viendo tan joven

como cuando me llevabas

el almuerzo a la escuela.

La primera, cuando dije

buenos días

al chófer del autobús

tal como me enseñaste

aunque no me contestó.

La segunda, cuando cedí

el asiento a una embarazada

mal que no me dió las gracias,

talvez fue mi apariencia,

creo que el exceso de barba

en mi cara, sí,

estoy seguro que eso fué,

y tú qué tanto insistes

en que me afeite.

Al pasar frente a la iglesia

te recordé por tercera vez

al santigüarme como de costumbre.

También me vino a la memoria,

el movimiento sublime

de tu mandíbula cuando rezas,

la presencia de Dios en tu boca

por las mañanas al despedirme

antes de salir de casa que,

como el ruido de los badajos

me timbra en la cabeza todo el día

recordándome que existes,

que mucho me has dado

y que tan poco has recibido de mí.

No es el mes de las madres

ni el julio de tu cumpleaños

porque a veces hasta eso se me

olvida, es un día como cualquiera

y también como ninguno

porque, ¿Para que esperar una fecha

en especial si puedo practicar

tus enseñanzas y celebrar tu

presencia todos los días?

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