Todos los días abrimos los ojos después de una alarma o sólo porque tu cuerpo llegó al tope de su descanso. Si la primera, despertamos molestos con la carga de una responsabilidad de cualquier tipo, porque nadie despierta por voluntad con ese horrible sonido que borra las cosas más placenteras y sencillas. Si lo segundo, que afortunado eres, disfrútalo. Generalmente seguimos una rutina después de despertar, no importa cual sea, pero todos la seguimos al pie de la letra.
Las cosas cotidianas son las que menos analizamos, las que más pasamos por alto y las que tomamos por insignificantes. Algunos artistas han empezado a tomar consciencia de ello en las diferentes áreas a las que se dedican. Julio Cartázar lo hizo con Historias de Cronopios y Famas. Yo que soy una persona de letras, no experta en las artes plásticas, vengo a hablarles de alguien en esta área.
Andrés Aranda es un artista plástico egresado de la Universidad de Guanajuato que se dedica al dibujo y a la gráfica, pero no son sus únicos talentos, porque nada más hace falta echar un vistazo a su curriculum, a su portafolio y, si no quieres ir tan lejos, con llegar a su instagram es suficiente para entender que centrarlo en una sóla técnica o material es erróneo. El artista ha sido ganador del concurso de grabado de la UG y del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Arístico (PECDA) en 2019 del Isntituto Estatal de Cultura.
Pero me parece más importante contarles mi opinión más allá de las formalidades. Sencillamente ha sido un viaje de emociones que pasa desde el reflejo de mis sentimientos individuales a una realidad colectiva dolorosa. Lo que a mi parecer es escencial en la obra de Andrés es su capacidad de tomar una escena coditiada y representar en cada personaje una emoción distinta en la que, no importa quien sea o por lo que estés pasando, te vas a encontrar reflejado. Te hace sentir como si hubiera encontrado la escencia de la tristeza, la soledad o la felicidad.
En su proyecto de Singularidades: Apuntes de lo cotidiano, encontró este día a día actual y pasado. Aunque aquí les muestro dos, el proyecto contiene diez dibujos igualmente identificables.
En mis viajes por su Instagram encontré más muestras de sus demás proyectos de gráfica, de encuadernación, de acuarela, grafito, pequeños dibujos digitales, etc. No obstante, aquí quiero decir que sus retratos me parecen igual de importantes que cualquiera de sus otros proyectos. Un proyecto completamente íntimo, para él y sus personas cercanas, en las que encuentra la forma de darle vida a los ojos, a la facciones.
Podría continuar explicandoles su trabajo, pero mejor les dejo su perfil de Andrés Aranda para que los disfruten por ustedes mismos. Mi favorita es… creo que no les voy a decir cual es mi favorita, voy a guardarla para sentirme un poquito más cerca de ella. Vayan a encontrar la suya, aunque les aseguro que es difícil escoger una sola.
