Una mezcla de humor negro, política y zoociedad, aderezada con un exquisito estilo de ilustración que nos recuerda a los libros infantiles, no sólo por los animales, los cuales, como en los cuentos se vuelven protagonistas de estas pequeñas historias, sino por sus trazos desenfadados y colores vivos. El arte de Ángel Castellanos es un profundo recordatorio de nuestra animalesca condición humana y una carcajada en la cara de nuestro antropocentrismo.
Nuestra denominación como “animales pensantes” se muestra reducida y caricaturizada en el ambiente hostil que se puede encontrar en un lugar como Tijuana. Murciélagos conviviendo cobijados en un pésimo servicio de alumbrado público, delfines demostrando conductas malévolas hacia sus semejantes o incluso, porque también existe un Tijuana bello y diferente, un amor imposible/posible desarrollándose en el transporte público. Esta serie de tres obras del artista ronterizo está lista para mostrarte que los animales no sólo están cautivos en el zoológico.
