De los amores imposibles nadie quiere hablar, porque les duele, duele recordar que alguna vez hubo alguien en su vida por quien daban todo y, pese a ello, no lograron realizarlo.
Los pocos que se atreven a mencionar el tema parten de su propia experiencia, traen del pasado el nombre de aquella persona, sus rasgos característicos, sean forma y corte de cabello, tono de piel, color de los ojos, su bendita sonrisa y el acompañamiento ocular que con ella hacían, algunos incluso describen la manera en que andaba, bailaba, corría… y mientras hablan es posible apreciar cómo regresa la juventud a su rostro, la ilusión en su expresión, y solo así entiendes por qué fué amor.
Pero en seguida se apaga la luz, y con un lento suspiro desolador cortan la magia diciendo "pero bueno, no se pudo", y mientras el silencio inunda el espacio, una ligera sonrisa apenas distinguible aparece, signo de que lo disfrutaron, lo vivieron aunque no como querían, como les hubiese gustado:
-No sabes cuánto me encantaba.
Y así, con esa sonrisa, con la dicha de haber vuelto a vivirlo -aunque fuese breve- regresan al presente y un sermón de 'lucha por lo que quieres' te instruye a no cometer sus errores, a cambiar la historia y hacer de tu amor imposible el amor de tu vida.
Lo que no saben es que en ese momento te está pasando igual, que ya tienes tu amor imposible y que algún día alguien te preguntará y de la misma manera responderás.
Porque todos queremos amar, pero pocos lograrán quedar con esa persona especial, porque aunque llegue el amor de nuestra vida, todos tendremos un amor que recordar porque no se pudo realizar.