Bartleby y compañía: Los forajidos de la narrativa que enmudecieron por Luis Fernando Alcántar Romero

Aún saboreo el abismo placentero que significó la lectura de Bartleby y compañía, novela de Enrique Vila-Matas, funambulista de lo real y lo ficticio. A partir de la figura del Bartleby de Herman Melville, la representación del escribiente kafkiano (pre-Kafka).

 

Vila-Matas crea vínculos entre una pandilla de escritores extraños que de un día para otro, dejaron de escribir y de publicar, como en una partida de poker. Catalán modelo 1948, que dibuja siempre su impronta (autoral) alrededor del azar, la extrañeza y el poder de la literatura.

 

Perteneciente a una generación literaria posterior a Franco, contemporáneo de Javier Marías y deudor directo de Juan Benet, magnífico narrador. Por cierto, a Marías y Vila-Matas, se les agrupa dentro de una ruptura artística y cultural en España que tuvo sitio durante los años setenta.

 

Ambos marcaron su toma de distancia con el realismo y, los tratamientos costumbristas de un Camino José Cela, por mencionar un autor cuya obra contrasta con la de ellos. Por que esto, en realidad, no les interesaba.

 

Enrique es un tránsfuga, a medio camino de las sombras y luces de lo que se puede narrar. Está todo el tiempo –a la manera en que lo puso Cesare Pavese en su diario–, avispado a los estímulos para transformar el mundo en literatura y, que él mismo, y transformarse en un personaje que se difumine con gozo, entre sus laberintos.

 

Bartleby y compañía es una matrioshka. Una sinfonía de ecos y fascinación. Disfruté su lectura,  porque decidí participar en su juego referencial. Que al mismo tiempo tiene la capacidad de establecer un diálogo con cualquier lector, sin importar si conoce a todos los autores o las obras que se desgranan.

 

Novela que tira sus dardos a la verosimilitud, mientras cede el paso a una experiencia trascendental; especialmente para quienes tenemos la dicha de llamarnos lectores. Y que a mí me dio una motivación (más, si acaso hiciera falta), para leer y escribir.

 

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