Vuela como una mariposa, pica como una abeja
-Mohamed Alí
Daniel se mueve con seguridad confiado en el largo tiempo dedicado a mejorar su condición: observar, percibir, sentir, evocar, interiorizar, transfigurar y expresar. Una, dos, cien, doscientas, mil veces ha recorrido el camino cuesta arriba para encontrar y conservar su propio aliento, el ritmo, la precisión de lo que dice.
La cartelera anuncia un encuentro a 22 asaltos, marcados por el título general y dos pausas: Jauría de sueños y Vino de tus manos; anunciados por citas de Charles Baudelaire, Guido Anselmi (personaje ficticio y real sparring) y Eusebio Ruvalcaba, también mentores de nuestro púgil –entendido como el hombre que combate con las manos; yo agregaría: también con el corazón.
Por el símil que utilizó para invitar a esta presentación y algunos rasgos, Daniel me recordó, entre otros, a Fabian Avenarius Lloyd, conocido con el seudónimo de Arthur Cravan. Poeta, boxeador campeón semipesado de Francia y que sostuvo un duelo arreglado con el en ese tiempo (23 de abril 1916) campeón del Mundo Jack Johnson; embustero, sobrino de Oscar Wilde, amante de Mina Loy, polizonte, bailarín, dandi… Quien se describe así en el poema “Arre”:
…Mundano, químico, puta, borracho, músico, obrero, pintor,
acróbata, actor;
viejo, niño, estafador, granuja, ángel, juerguista; millonario,
burgués, cactus, jirafa o cuervo;
cobarde, héroe, negro, mono, Don Juan, rufián, lord,
campesino, cazador, industrial,
fauna y flora:
¡soy todas las cosas, todos los hombres y todos los animales!
Daniel Silva tiene ese perfil proteico. Se transfigura piel adentro, desde las entrañas para dar su propia batalla ante la vida que asume y transpira en palabras que perlan la frente, tumefacto en heridas que sangran el alma así sea con dulzura. Como en los poemas “Koimesis”, “Fichas Negras”, “Encrucijada”…
El poeta no solamente hace rounds de sombra en donde él mismo es su adversario, sino que establece un combate incruento con quien se le ponga enfrente, es decir, el lector; lo atrae a su terreno, privilegia el desplazamiento continuo, el combate a distancia dispara ganchos, jabs y arriesga
Todo contra el mundo
hasta el corazón
hasta la vida misma
si valiera la pena morirla”
(Arthur Cravan)
En los textos “El suicidio del primer hombre”, “Cerca de ti”, “Hamartía”, muestra sus cualidades como estilista. Pero, cuando se ha crecido en el furor que lo posee, lleva al rival contra las cuerdas y dispara su metralla de palabras con “Ave nocturna”, “Barrilitos”, “Una mirada en el abismo”, “Analgesia”, “La Norteña”, “Postales desde el infierno”.
Definitivamente, este novel gladiador, hace eco a las palabras del Gran Cronopio en paráfrasis: Julio Cortázar afirmó que la novela gana por puntos, mientras que el cuento deberá hacerlo por nocaut. Así como la poesía
Creo que los poemas de Daniel Silva tienen esa contundencia y la capacidad de dejar inerme, tendido en la lona de su propio sentir a quien los lee y vuelve a leer buscando la revancha.