De cuando los días de flojera por Ivonne García Lemus

Está flojo el día. Desde las nueve de la mañana he querido montar mi bici y nomás no puedo. Tengo la mitad de ganas y la mitad de ganas no. Le echo la culpa al sol, a que va a llover, a que me voy a cansar de más y que ya no podré. Me calmo un rato y las ganas regresan. Y otra vez no monto la bicicleta.

Antes de salir de mi casa rumbo a la escuela, no me puse brassier y estoy tranquila. La camisa que  traigo no se nota, está calientita y me gusta.

Llegué a la escuela con ganas de otra cosa, de café, de un helado, de una malteada, de un abrazo de hombre, nada conseguí. Me senté a ver las nubes y sentir el viento, está cordial, como siempre. Quisiera que  estuviera, pero sólo ocurre en estos tiempos, es que ya casi no llueve.

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