Fotógrafa: María Paola Garrido Barrera
"Vamos a denunciar a los gobiernos
por la discriminación al humanismo"
– Juvenal Cruz Vega
Defender a lo humano como un palpitar,
defenderlo de la envergadura de las leyes,
de sus promesas mutiladas y sin vida,
del dictamen de los proclamados: "los más nobles",
de la normatividad ya vencida.
Defender a lo humano como una alegría,
defenderlo como los escritores uruguayos,
defenderlo de lo pedestre y de las alturas,
de lo profetizado e hipotetizado,
de la felicidad ya cansada.
Defender a lo humano como un sueño,
defenderlo de la briaga y cruda verdad,
de las estrellas y los cometas de Hollywood,
del largo protocolo de la diplomacia,
de lo pálidamente ostentoso.
Defender a lo humano como una respuesta,
defenderlo de la ausencia de lo sagrado,
del privilegio rígido y pesado de la aristocracia,
de la náusea hacía el esfuerzo y el cansancio,
de lo mullidamente elaborado.
Defender a lo humano como un diccionario,
defenderlo de las faltas de ortografía,
de los falsos diptongos y las onomatopeyas,
de la mala memoria y de los anglicismos,
de los solipsismos.
Defender a lo humano como una utopía,
defenderlo de las instituciones y las academias,
del utilitarismo y del proselitismo,
de la mano invisible y siniestra de la economía,
del relativismo…
Y también de lo humano.