La película “Shrek 2” es la continuación de la historia del simpático y gruñón protagonista verde. En esta secuela, lo vemos adaptarse a la vida como pareja de Fiona. El clásico asunto de los recién casados, pero con la diferencia de que Shrek comienza a tener conflictos con la imagen que proyecta de ser perfecto ante quienes lo rodean.
Esta película usa el recurso del gag (golpe de efecto cómico en una película) pero en tres formas distintas: el uso repetido de imágenes, sonidos o el guion mismo. Por ejemplo, a lo largo de toda la filmación, hay circunstancias grotescas. Los personajes se lanzan gases o hay un uso de colores cafés y verdes así como escenas donde los alimentos se comparten sin ningún tipo de modales o exponiendo su sabor y olores. Respecto a los sonidos y el guion todo el tiempo se usan oraciones que consideraríamos graciosas o vulgares.
El burro, el personaje más simpático e ingenuo de toda la trama, hace tal uso todo el tiempo. En la escena en el cual, decide acompañar a Fiona y Shrek a reino “Muy muy Lejano” para conocer a los Reyes, en todo el viaje, el burro desespera con su frase “¿Ya merito llegamos?”, porque no solo lo dice en una escena, sino en ocho veces y en escenarios diferentes que representa todo el transcurso del viaje y claro, a cualquiera que le están preguntando constantemente terminaría desesperando haciéndolo para nosotros divertido.
Otra escena donde vemos que se utiliza dos complementos del Gag, es en la cena familiar, donde están reunidos Shrek, Fiona, Burro, El Rey Harold y la Reyna Lilian, ahí podemos ver la tensión que existe entre el padre y el esposo, y es mucho más notorio cuando empiezan a destrozar la langosta, el pavo, los huevos, las galletas en general toda la comida que se encuentre en la secuencia. El sonido repetitivo de la comida destrozándose provoca la sensación de desagrado, pero visibiliza simpáticamente la lucha de poder. Al final, hay una pelea por un cerdo, en el que también se esconde la gravedad de un conflicto mientras cada uno de los personajes se nombra.
Como podemos ver, Shrek a simple vista parece solo una película, pero utiliza muchos recursos, puestos estratégicamente en escenas concretas, para hacernos reír incluso con aquello que ya hemos visto antes en el filme. Esta saturación, la hace una obra diferente más allá de la adaptación del cuento a nuestro siglo.