Una novela que ya tiene su lugar como uno de los clásicos contemporáneos, escrita por el gran Scott Fitzgerald por allá de los años veinte en la llamada “Jazz Age”, quizá la primera etapa de liberación juvenil, de relajación de la sexualidad y de nacimiento o auge del Jazz. Y en ese contesto Scott llega y nos cuenta una historia de un personaje no marginado social, no de un desafortunado de clase social baja, no, Scott cuenta una historia de un megalómano, de un burgués norte americano, de fiestas, de excesos, de poder, de glamur, de un chico divertido e interesante, pero ¿De qué más iba a hablar Scott sí el perteneció a esa burguesía americana de los años veinte? Él habla de un mundo que conoce claro.
Pero también Scott además de ser en algún momento de su vida un rico y exitoso también conoció el autosabotaje, se casó con una mujer con problemas mentales, fue amigo y después ya no de Hemingway, fue alcohólico y pasó sus últimos días con problemas de alcoholismo y sin dinero (vean su propia historia, quizá la más interesante que creó), entonces la historia también nos habla de un mundo sumamente triste, un personaje (Gatsby) insatisfecho, vació, condenado y triste.
Entonces sí, la historia es sumamente triste, evocadora, es una historia divertida pero triste, glamurosa pero vacía, excitante pero depresiva, exitosa pero trágica, una historia de un Gatsby que intenta continuamente escapar de sí mismo pero que nunca lo consigue. Pero además uno de los temas del que también habla y que resalta es el amor, de como la influencia del amor puede ser un motor, una motivación para hacer las cosas, para cambiar quien eres, para ser exitoso, para empezar de nuevo, pero también el amor es una razón de perdición, de obsesión, de ceguera, de apostarlo todo y de perderlo todo.
En fin, la experiencia de leer la novela resulta triste, evocadora, divertida entretenida, interesante y reflexiva de aquellos amores intensos de nuestra vida, vale mucho la pena leerlo porque además es un libro corto (186 paginas en la edición que yo leí) y al final se puede acompañar la experiencia de un domingo de flojera y lectura y pelis con alguna de las versiones que se han hecho de la novela en el cine, la última con Leonardo DiCaprio como Gatsby.