La descalificación de Sergio Mayer es por ser de MORENA… ¿o Televisa? ¿O simplemente porque no tenemos idea de lo que representa cada cosa?
No, no es el razonamiento critico el que hace “encender las redes sociales” porque Sergio Mayer es el presidente de la comisión de cultura en la cámara de diputados.
Lo que en realidad provoca la “polémica” es una serie de factores desafortunados que convergen en un hecho que bajo otras circunstancias, sería absolutamente irrelevante.
Primero que nada es necesario entender aspectos muy básicos sobre la organización política de este país, el principal, la separación de poderes. La cámara de diputados, también llamada cámara baja, y el Senado, conocido también como Cámara Alta se integran por representantes populares elegidos mediante el voto directo o indirecto, los representantes electos mediante el voto directo, se llaman “de mayoría relativa” y los de voto indirecto se llaman “de representación proporcional o plurinominales”. Las funciones del congreso, son, hablando en generalidades, elaborar leyes, modificarlas, corregirlas, proponerlas y probablemente lo más importante, definir presupuestos de gasto del poder ejecutivo.
Cómo ustedes saben, la cultura en México, no destaca por su elevado presupuesto, de hecho uno de los grandes problemas con la cultura institucional, es precisamente que al arte se le da muy poco presupuesto, y el poco presupuesto que se le asigna es muy mal ejercido.
Por otro lado, debemos aterrizarnos en la realidad. Las comisiones parlamentarias, básicamente sólo se utilizan para saber cuánto presupuesto público se gastará en cada tema de la agenda pública y de ahí, hacer negociaciones políticas o mejor dicho, chantajes.
Comprendiendo la separación de poderes, y el contexto político nacional, no es difícil entender que el Titular de la secretaría de cultura designado por el poder ejecutivo, o sea el presidente, no es lo mismo que el presidente de la comisión en el congreso. Dicho de otra forma, quién sea el titular de Cultura del poder ejecutivo, actuará de forma independiente al congreso.
Entendiendo los aspectos técnicos de lo que significa en teoría y en la práctica ser un presidente de comisión parlamentaria y un titular del poder ejecutivo, no debe ser difícil comprender que el nombramiento de Sergio Mayer como presidente de la comisión en el congreso, es total y absolutamente inocuo e irrelevante.
Pero analicemos un poco más allá la situación.
Uno de los legados del régimen priista, fue la bonita costumbre de institucionalizar todo, incluida la cultura. El régimen nunca escatimó en patrocinar artistas que modelaran el pensamiento del mexicano de aspiraciones intelectualoides, para así formar un pensamiento homogéneo que legitimara al poder. Ejemplos de estos artistas hay muchos, desde muralistas, artistas plásticos, escritores o “intelectuales”, quizá los casos más grotescos y que más impacto tienen aún el día de hoy, sean los de Vasconcelos y Octavio Paz, dos personas completamente serviles al poder, cuya obra aún sigue siendo idealizada, romantizada y utilizada por amplios sectores de la intelectualidad snoob que busca siempre legitimar al régimen.
Aquí cabe mencionar que Cultura no es lo mismo que Arte, y esta asociación generalizada que muchos grupos sociales tienen, se desprende en buena medida, de un sistema educativo que, también fue emanado del mismo régimen con la misma intención de legitimar a ese régimen.
Como datos anecdóticos, los titulares de la comisión de cultura en el congreso, generalmente no son personas relacionadas con el arte, ni con la restauración artística, a veces ni si quiera con la historia, de hecho, la panista que presidía la comisión de cultura antes de Sergio Mayer, ni si quiera tenía concluida la licenciatura, lo cual, hay que aclarar, no es algo necesariamente “malo”.
La polémica con Sergio Mayer, en buena medida tiene que ver con estos factores que he mencionado, pero también con su trayectoria profesional, porque, claro, hemos construido un enorme mito sobre el malévolo monstro que representan los medios masivos de comunicación y su concepción del espectáculo y entretenimiento. Pero quiero poner un poco de perspectiva sobre las cosas; Sergio Mayer fue un empleado de Televisa, sí, un empleado y de los de poca monta, un desnudista, un bailarín de coreografía, no el gran artífice de un modelo cultural que asociaba el arte con la legitimación del régimen tal y como sí lo eran Vasconcelos y Octavio Paz.
Sólo para encender más la polémica, me gustaría comentar que mientras Sergio Mayer, el empresario, organiza conciertos de artistas como Bob Dylan, Un politico genérico formado en el Vasconcelismo romantizador, es titular de la secretaria de cultura de cualquier municipio genérico y prefiere gastar el presupuesto de cultura en eventos como “el show pop noventas tour” o “Julión Alvarez en el marco de la feria de la guayaba”. En fin, cada quién su concepto de “cultura” y “arte”
Agradezco mucho que me lean y nos seguimos comunicando.
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Pável Argávez
Opinólogo, de "Sangre roja y con el corazón a la izquierda"
Apasionado de la música.
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