Recordé su mirada
de alegrías y de nostalgias
en mi frío ventanal
como la calma de mi alma
ante su ausencia.
Volví a llorar
como un niño sin mamá
extrañe sus caricias
que abrigaron mi cuerpo
en noches de invierno.
No se iría
la tristeza de las mariposas
y las lágrimas del cielo
que fueron mi vida
entre las letras del ayer
desde su triste partida.