Entre vientos bastante revueltos y luz de luna llena nos preparamos para una de esas fechas que no pueden dejarse pasar sin más porque, si bien en cada rincón del mundo tienen costumbres para recordar a sus muertos, estos días entre un mes y otro se tiñen de colores y recuerdos con las distintas tradiciones para dar la bienvenida a aquellos que ya no están.
Hay, entonces, muy variadas e interesantes creencias sobre estas fechas, aunque tengan puntos comunes como suele pasar casi siempre en las mitologías de cada cultura; tienen sus propias concepciones de la vida y la muerte, sus propios dioses y, por supuesto, las historias en torno a ello.
Así, todos mantienen estas tradiciones desde hace siglos aun cuando varían entre épocas y pese a las intervenciones de papas, duendes o vecinas; son cosas que nos recuerdan lo mismo: que todo son ciclos y que compartimos más de lo que a veces nos gusta admitir.
Tanto es así, que, si escarbamos un poco, es posible apreciar algunas cosillas en común más allá de lo evidente, guiños que nos hace alguien o algo en sus momentos de ocio, a ver si espabilamos y nos volvemos creyentes o al menos un poco más abiertos a las posibilidades.
Y es que seguro han escuchado, al menos una vez, que en estos días los espíritus pueden salir del otro lado y venir a visitarnos, lo cual no sólo se dice en México sino en otras partes del mundo, puesto que es casi una idea general que, en esta transición entre octubre y noviembre, cerrando un ciclo y abriendo otro, las barreras entre mundos se caen.
Los mitos y religiones de diversas culturas nos hablan de mundos alternos, del reino de los muertos o del mundo de los espíritus, cuyas fronteras suelen guardar con más celo que algunos países en la actualidad, sin visados que faciliten sus entradas y salidas; pero, en esta época del año, se relajan un poco.
Así que, entre los últimos días de octubre y primeros de noviembre, las puertas entre mundos se abren, los habitantes de uno y otro lado pueden moverse a su antojo, sin que algún sujeto siniestro en una barca los quiera dejar del otro lado sin pasaje de vuelta; todos, vivos, muertos, espíritus o seres mágicos, pueden cruzar, siempre que se atrevan.
Mictlantecuhtl y Mictecacíhuatl probablemente comparten la mesa con algún hada de los mitos celtas, rodeados por dragones del mundo de los espíritus y algunos seres de esos otros mundos, o dimensiones, que quedan conectados con el nuestro en esa transición de un mes a otro, en ese paso de la vida a la muerte, principio y fin, un ciclo.
Son días mágicos, con una mezcla de nostalgia y expectativa, días de preparativos para recibir a nuestros ancestros, a amigos y familiares que se fueron demasiado pronto; pero a quienes nosotros, los que seguimos en este lado, no olvidamos, al contrario, los tenemos tan presentes que les hacemos ofrendas para que les sea más fácil encontrar el camino de vuelta a lo que fue su hogar.
Nosotros hacemos sus comidas favoritas, llenamos todo de colores, con luz de velas, perfume de cempasúchiles y copal, asegurándonos de que no falten nunca agua y sal; además, porque hay que asegurarse de que el trayecto vaya bien, un xoloitzcuintle se convierte en la compañía y custodia de sus almas.
Ahora bien, recordemos que no sólo nos visitan nuestros muertos, sino todos aquellos seres que se atreven a cruzar, y recordemos también que nosotros podríamos ir a esos sitios de los que ellos vienen, si agarramos valor, claro.
Puede que, sin darnos cuenta, en esta época de transición y apertura, al salir un momento de casa, a la luz de la luna, terminemos de la mano con algún ser que no es precisamente de este lado, que no lleva algún disfraz y que definitivamente no nació en este mundo. Tal vez, seamos nosotros quienes terminemos compartiendo el chocolate y el pan de muerto con el Señor de Mictlán.
¡Feliz Víspera de Día de Muertos!
Coco Márquez vive en Guanajuato. Realizó estudios en comunicación, gastronomía y artes. Escritora, profesora y ávida lectora. Viajera y paseante. Amante de la historia, los misterios de la memoria, la magia y las largas conversaciones.