Las yemas de mis dedos dependientes de tu compañía.
Tenemos la pagina en blanco y sabemos que de alguna u otra forma tenemos que iniciar a descubrirnos, en mi experiencia es lo que mas me da temor de escribir, equivocarme y no ante los demás. Probablemente sigamos pensando que los escritores tienen un ego que ni mi padre podría apoyar (considerando que su amor es incondicional), así como el de un escritor a sus textos, no se trata de algo pasional e irracional al contrario es demasiado el pensar, que llegas a perderte.
Ese es el miedo que genera en mi las letras, estamos tan seguros de las ideas que nos han enseñado que salir de ellas no es nuestra primera opción, aunque si cuando se trata de romperlas, como el cuento de caperucita roja en el que conocía el camino, le advirtieron y aun así se adentro en el bosque, en ocasiones el lobo feroz somos nosotros. Ya mencione que me da miedo sin embargo no puedo detenerlo, escribir es mucho mas que llevar un mensaje al otro, es reconocerme, escribir para ser.
Nos dicen “Tienes que estar bien contigo mismo, quererte para así querer a alguien mas”. Esa es una frase que proviene de las personas en las que depositamos nuestra confianza, si bien no están en lo equivocado lo mencionan tan fluido que parece un hechizo de resolución de problemas. Dar sentido, escribir como terapia, algunos de mis amigos llaman a sus poemas autodestructivos, escribir como tema de conversación, algunos de mis amigos lo incluyen en su currículum, escribir tiene un fin, que va de lo particular a lo general incluso puede retornar.
Marguerite Duras escribe desde la soledad, nos ayuda a reflexionar nuestro entorno y concuerdo cuando habla del espacio que creamos mediante la escritura, decidir plasmar tus ideas es un riesgo en el que se adquiere personalidad, no lo llamaremos resignación porque estas consiente de lo que estas dispuesto a dejar para obtener otras experiencias. Si algunos consideran esta afirmación sin escrúpulos lo pondremos de esta manera, escribir no es desvivirse por la obra como lo haces por un beso, si bien es tu estilo el que se vera reflejado y estas construyendo una realidad, al final la obra no te pertenece al igual que un amante, una vez que ya paso por tus manos, dejando huella en el, se va y cada individuo lo interpretará, lo leerá bajo sus reglas.
Hacer un pacto sin perjuicio ni beneficio.
La primera vez que me encontré con la voluntad de escribir, no fue con un diario, sabia lo que debía de escribir y lo peligroso que era que alguien mas lograra tener acceso a el, así que me encontré en total libertad en una despedida, así como uno tiene intimidad con sus textos una vez puesto el punto final, mi cuerpo tiene la necesidad de ser escuchado en momentos de tristeza, escribí promesas, prejuicios, flores, sombras, enojo, vestidos negros, familia y todo lo que se encontraba a mi alrededor, no se trato solo del momento desconsolador por el que estaba pasando, eso es escribir, percibir que todo se escribe, existe algo mas que lo evidente, incluso si se trata de la muerte de un insecto.
Somos historias andando, desde que despiertas y decides usar el pantalón viejo que nadie quiere ver en lugar de uno formal que sin duda costo mas que la renta de un local, es el camino que tomas el que debes cuestionar para darle sentido al clímax de la realidad, esto lo logras escribiendo. Dice Guillermo Fadanelli, “el ensayo intenta decirnos que la literatura es importante para vivir hoy, para comprender el estado del mundo y de la sociedad, para hacernos menos infelices como personas”, escribir para crear conciencia no de una forma utópica, si no buscar en lo escrito la justificación a las piezas que arman el rompecabezas, se escribe de todo, todo eso que alimenta el conocimiento.
Escribir es conectarse con otro universo, ese que esta presente o puede no tener tiempo, el que no todos se atreven a sentir, beber, adherirse o crear. No precisamente por miedo si no por obstáculos que inventamos, si bien el escribir no es sencillo no significa que no puedas llegar hacerlo, todos podemos escribir, todos podemos probar una actividad, comida, sensación nueva o incluso ver por segunda ocasión una película y experimentar otras emociones, generar distintas ideas a las que ya se tenían, escribir es reinventarse en casa palabra, apropiarse de la realidad, ficcionalizarte sin antes preguntar, escribir empodera pero al mismo tiempo hace sentir nada, escribir es como una carta vieja que encuentras sin pensarlo en tu habitación, que al leer desconoces la esencia de lo que fue pero sigues manteniendo vivo en ese momento y luego la guardas para en un futuro esperar encontrarla. Escribir es vivir.