Estoy desnuda, bajo las sabanas
bebiendo tu ausencia, rodeada de basura
las papas fritas que comíamos, el yogur impregnado en la sabana
la embriaguez sepultando las heridas.
Los ruiseñores hacen un himno que termina en la curva del abur.
Las notas agrias y mis labios tintadas por el vino lo advierten
es real, la nebulosa presencia de tu efímera voluntad,
la quebrantada imagen del sujeto que se fue y esta vez, omitió las llaves.