Siempre es un gusto ver los templos de nuestra ciudad en un contexto distinto, espacios tan majestuosos y con tan buena acústica. Lamentablemente, las posibilidades de que esto suceda son muy escasas; para ser precisos, solo ocurren durante el Festival Internacional Cervantino, quien ha gestionado un convenio con algunos de estos a lo largo de los años para la realización de conciertos en su interior.
El Templo de la Compañía de Jesús es uno de los edificios religiosos más bellos de Guanajuato, cuya arquitectura combina armoniosamente con la del Edificio Central de la Universidad de Guanajuato, haciendo de la calle Lascurain de Retana una de las más emblemáticas de nuestra ciudad. Esta iglesia data del siglo XVIII y resguarda en su interior una amplia cantidad de obras de arte sacro, lo que de alguna manera genera un interesante contraste cuando los eventos realizados tras sus labradas puertas de madera son de épocas distintas.
El martes 15 de octubre, dos reconocidas personalidades de la música brasileña se reapropiaron de este espacio religioso: Rosana Lamosa, una de las sopranos más distinguidas de su país, y Pablo Rossi, pianista de vanguardia que ha sido nominado al Grammy Latino. Juntos, interpretaron obras de relevantes compositores brasileños del siglo pasado y es de lamentarse que, a pesar de la buena acústica del templo, la voz de Rosana no contara con el respaldo de un micrófono adecuado. Por otro lado, esta situación, con el volumen del evento, permitió que se generara una experiencia diferente: el sonido de las palomas que habitan en las alturas del lugar advertía sus propias participaciones dentro de la obra con sus gorgoteos y gráciles aleteos ocasionales, mismos que representaban un interesante punto focal durante el concierto.
A la mitad del evento, en una pausa para que la soprano recobrara el ímpetu, Pablo Rossi nos sorprendió con el anuncio de que estábamos por escuchar un estreno mundial. Las y los asistentes que llenaban el recinto se removieron en sus butacas con evidente emoción. La obra para piano fue “Nocturno”, de la compositora brasileña Gabri Mesquita. A comparación del resto del repertorio, esta melodía resultó de lo más fresca, sin duda, más conectada con lo contemporáneo, pues a ratos podía hacernos recordar a Phillip Glass y su minimalismo; a pesar de su parecido con la música victoriana, tenía elementos atonales que jugaban casi con armonía sobre la pieza. El músico se entregó completamente al instrumento, con una energía digna de la ocasión; fue un momento muy pasional que el público correspondió con aplausos.
El evento terminó luego de regalarnos varias melodías que la soprano supo amenizar con profesionalismo, aunque queda la duda sobre si es la mejor decisión juntar la ópera con música contemporánea en un mismo concierto donde, además, no hay una hibridación suscitándose. En mi opinión, pudieron ser por separado.
Alma brasileira
Rosana Lamosa y Pablo Rossi
15 de octubre de 2024
Templo de la Compañía de Jesús