Cuando era pequeña creía que todos mis problemas durarían para siempre.
No haber pasado alguna materia me atormentaría de por vida, haber perdido el dinero de mi madre haría que mis latidos dejasen de escucharse, escoger un mal amor me recompensaría con el corazón en trizas, inservible y asquerosamente repulsivo.
Ayer he escuchado como la lluvia sumerge a los transeúntes debajo de su esencia y nada me ha parecido tan nocivo, la lobreguez ha dejado de ser molesta ¿Cuándo sucedió?
Sobre la madrugada observé personas como tú y como yo siendo felices en la acera de mi patio, radiando dopamina y no pensé en ti.
No hubo un solo momento donde mi cabeza me torturara proyectando que jamás volvería a amar, que lo nuestro había sido etéreo y mi saliva no podría postrarse sobre los labios de alguien más en el resto de mi vida -cosa que ya había sentido con amores pasados que me dejaron craqueado el corazón, como mármol-
Me encuentro sorpresivamente admirando el amor de terceros bebiendo té con mi soledad, me parece inverosímil haberla odiado antes es tan limpia y contrario a tu compañía, solo me conduce calma, esta vez es diferente.
En la esquina de mi habitación me encuentro yo teniendo 9 años, totalmente petrificada, expectante. Admirando como el problema que creímos eterno se ha ido, se ha ido y se ha llevado su ropa del cajón y carajo, que bien se siente.
The reason ya no se siente punzante.