Gélida roca protectora por M. Ragui

He de aprovechar estos momentos en los que estoy despierta,

Para decirte con letras lo que mi alma dice a gritos

Últimamente no duermo, no despierto, ni de día ni de noche

Y es que me paso pensándote y soñándote

Viendo cómo se turnan ordenados

El ¿me querrás? Y el ¿te he gustado?

Sintiendo la gélida caída de tu maxilar izquierdo

Cuando te veo de reojo, entre mis pestañas secas y desveladas.

Y lo siento, siento como mi energía se conecta a ti

No obstante que tan lejos quieras irte, permanece

Te sueño, te pienso, te fumo y te respiro

Todo al mismo tiempo, y sin embargo, no te tengo

No me refiero a que seas de mi propiedad,

Ni de he querer jamás opacar ni encerrar tu esencia

Quiero que el mundo vea de ti todo lo que yo soy capaz de ver,

Y si son tiempos de peticiones entonces diré que

Quiero que me quieras como yo sé que puedo quererte

¿Ahora ves por qué me he pasado horas en tu cabello, tu mirada y tu rareza?

Cada que cierro los ojos pienso en tus ígneos labios

Y en la manera torcida y casi imperceptible en la que sonríes

En ese esmaltado leche condensada que pigmenta tu piel

Y en esa lengua, pensante, discreta, culta y necia

No te preocupes, no todos mis sueños te pertenecen siempre,

A veces, tus ojos y tus manos se llevan el estelar

Cuando danzan entre pasiones y sentimientos

Entre lágrimas y destrezas y después descansan

Sin saberlo ni querer,

Has venido a otorgarme el mapa de mí misma

Y aunque fue efímero el instante mío en mí

No me importa, puesto que ahora

Me he encontrado perdida en ti.

 

Historia Anterior

II. Riot por Luz Atenas Méndez Mendoza

Siguiente Historia

Mariel Clayton en la Colección Privada