Nubes: Apuntes para una poética de la escritura efímera e íntima en Facebook por Ricardo Trinidad

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No sé si ustedes se han puesto a pensar en la cantidad de funciones textuales que tiene Facebook; desde tablero de anuncios, mensajero entre amigos, libro de recortes, álbum de recuerdos y hasta sula virtual (tan de moda en estos días), chismógrafo, periódico mural y fuente de noticias. En las últimas semanas he estado pensando en el uso creativo que a veces se le da.

Es común que las celebridades, entre ellas los artistas, tiendan a tener una página o un perfil personal que permite la difusión de su obra o la comunicación con sus seguidores, sobre todo para mantenerlos informados sobre noticias relacionados con ellos; sin embargo, he visto cada vez más un uso lúdico – artístico de Facebook no como medio, sino como producto en sí mismo.

En el caso de los escritores, es común que sigamos sitios suyos en Facebook (propios o manejados por terceros), también es regular que, en estos lugares, de pronto los escritores re-conocidos tengan algún desliz creativo y se permitan escribir o subir textos inéditos o que no aparecen (o aparecerán) en ningún otro medio. Estos textos tienden a ser reflexivos, personales, quizás cotidianos, pero ocurren casi como un feliz y fortuito accidente.

Sin embargo, nos toca también considerar la posibilidad de que exista una literatura facebookeana (lamento el neologismo) cuya creación suceda a propósito y exclusivamente para esta plataforma, aprovechando sus ventajas y herramientas, y modificando las características de lo literario para adaptarse a este soporte digital. Esta posibilidad no es para nada novedosa, pues sabemos que la escritura ha aprovechado ya antes los blogs, los foros y otras redes sociales como Twitter; de hecho, es curioso que pensemos los fenómenos más novedosos dentro de esta última, como sucede en estos días con los hilos.

Como siempre, habrá quienes prefieran más la inmediatez de los 140 caracteres, pero también quienes decidan extenderse más a propósito del tentador “¿Qué estás pensando?” del libro azul. De manera personal, cada vez me encuentro con más y más post de carácter literario en mi página de inicio, que, si fuera el cielo, entonces estos post serían como nubes. Tengo la fortuna de contar, entre mis amigos virtuales (y reales) con varias personas que gozan de la literatura y de la escritura y que tienden a dejar correr su creatividad a través de algunas publicaciones ocasionales en su biografía. Así, entre los consabidos memes, las opiniones sobre los temas del momento, las noticias, etc., asoman estos textos: esbozos de formas, figuras e historias que aprovechan su brevedad para dejarnos entrever únicamente rasgos esenciales que requieren de nuestra colaboración para dibujarse por entero. Como las nubes.

Me he puesto a pensar un poco en las características que veo en este tipo de publicaciones, así como en sus autores y, de manera personal, alcanzo a percibir ciertas coincidencias de las que se da cuenta brevemente, pues no se trata de agotar todas las posibilidades o de realizar un estudio riguroso, metódico y objetivo.

En primer lugar, los temas que se abarcan en estos post tienden a ser comunes, cotidianos, referentes a situaciones de la vida diaria. La escritura oscila entre la narración y la reflexión, los autores manifiestan los pensamientos que surgen a partir del roce con el día a día. En ocasiones, expresan las emociones que suscitan ciertos acontecimientos que resultan relevantes: fechas, personas, encuentros o sucesos. En este sentido, no siempre se refiere a hechos sociales o a asuntos relevantes en ámbitos como la política, la economía o los problemas comunes; más bien se trata de una revelación íntima: el ir y venir, la familia, los amigos, el trabajo, la escuela, los recorridos y lugares, las relaciones importantes.

Además, las formas textuales son variables, diversas y limítrofes. Hay algunas publicaciones que se descaran como narraciones, otros que se develan como poemas, incluso una que otra con intenciones dramáticas, más no en todos los casos es así. En ocasiones, esta escritura pareciera más cercana al aforismo; a veces a la anécdota; en otras, como bien me lo han mencionado, es autoficción o cabría la posibilidad de que fuera autobiografía o falsa autobiografía. Así pues, estos textos abarcan diferentes géneros y variados recursos, de los cuales en algún momento podríamos dar cuenta, pero que no es necesario definir para disfrutar. Y, de hecho, el disfrute (o no) del lector y la predisposición de éste hacia el texto, juega un papel importante en la consideración del texto que tiene enfrente. Así, cuando uno observa las nubes, será su propia imaginación la que revele la forma contenida en los etéreos y difusos límites del vapor.

Regularmente, este tipo de publicaciones permite hacer una presunción de inocencia, es decir, podría considerarse que es un tipo de escritura muy cercana a la vida extratextual del autor y siempre se traza la correspondencia entre voz narrativa y autor sin reparos y sin escalas; así, la figura del narrador o de la voz poética es casi transparente, incluso se asume que no está o no existe. Sin embargo, en ocasiones, esta presunción es aprovechada por los mismos autores para fingir, recrear o imaginar otras posibilidades.

Por otro lado, los autores tienden a utilizar su perfil personal, por lo que no hay una especialización de su página de Facebook en favor únicamente de la literatura. Así, el autor comparte múltiples cosas y, entre ellas, alguno que otro post de carácter literario. Esto es interesante si lo pensamos desde el punto de vista de los autores, quizás podremos abordarlo en otro texto.

No está demás decir, que en esta práctica se aprovechan los recursos propios de la plataforma en la que se crean. Así pues, el post que no se guarda o no se replica en algún otro lado, se pierde en la marea de publicaciones del autor. En este sentido, en ocasiones los textos son compartidos por personas cercanas al dueño del perfil, incluso en grupos dentro de la red social; sin embargo, es más común que la publicación tenga una vida efímera y que se limite a aparecer el tiempo que determine el funcionamiento del propio Facebook. Estamos pues ante una escritura que es momentánea, en cuanto al tiempo que permanece disponible para su lectura y disfrute y, quizás también, en cuanto al proceso de creación detrás de ella.

A menos que el autor lo decida, los textos rara vez son compilados o replicados en otros medios. No existe forma de reunirlos. Algunos tienen continuidad, pero la mayoría son aislados. Si el escritor lo decide, puede encontrar medios para agruparlos dentro de la misma plataforma: hashtags, reposteo, publicación simultánea, títulos semejantes, uso de la herramienta de comentarios, uso de fotos y videos similares, entre otros modos.

Esto nos lleva a otra característica importante: la multimedia. Es común que muchos de estos textos vayan acompañados de videos, audios, fotos o ilustraciones que complementan su sentido, orientan su lectura o simplemente ejemplifican aquello de lo que hablan, por lo que, en cierto momento, facilitan (o complican) su lectura y accesibilidad. Incluso, es común que se utilicen memes, frases de éstos o recursos lingüísticos y retóricos que son propios de esta y otras plataformas, por mencionar alguno: la famosa frase: “como cuando…”, o su acortamiento “cc”, la mezcla de lenguas: “When, sabes que…”, recursos eufemísticos como “c mamut”, “cmarnat”, “pack”, “nude”, etc. Así, en palabras de una de las autoras abajo mencionadas, la publicación puede acabar siendo un bricolaje o collage formado por una gran variedad de elementos y que funciona en conjunto: moviéndose, detallándose, ocultándose, tomando forma y luego disolviéndose.

A este respecto, sobra decir que la difusión de los textos es también limitada y restringida, pues depende de la configuración de privacidad que la persona tenga en su perfil, algunos aceptan solicitudes de amistad, aunque no conozcan en la vida real a quienes la envían, otros permiten seguidores y otros sólo liberan como públicos ciertos posts. Así pues, es casi casi un golpe de suerte encontrar este tipo de publicaciones, pero eso no quita que cada vez sean más comunes y se divulguen con cierta libertad.

La mayoría de las personas que realizan este tipo de publicaciones no tienden a considerarse escritores, incluso es posible que cometamos el error de pensar que este uso de redes sociales se limita a personas que recién ingresan en el campo de la escritura, que no disponen de otro medio o que no han logrado entrar en el mercado editorial; sin embargo, esto es generalizar anticipadamente y llegar a conclusiones precipitadas. Algunas personas que utilizan este recurso ni siquiera han pensado en la publicación del post – nube o de otros textos; por ello, es probable que muchos de ellos no tengan un currículum amplio como escritores, muchos de ellos son inéditos o ni siquiera han aparecido en algún medio de difusión literaria. Otros, por el contrario, ya gozan de experiencia, publicaciones y nombre en el mundo literario.

Con todo y todo, queda a disfrute del lector el reconocer el valor de dichos textos. Por si quieren probar suerte, algunos de los perfiles en los que me he basado para este breve comentario son los siguientes. Les invito a que, si lo consideran, hagan el intento de seguirlos o enviarles una solicitud y, si tienen suerte, se toparán con alguna que otra nube:

Además, sírvanse a enviarme mensajes (https://www.facebook.com/ricardo.drenfer) si ustedes conocen algún perfil – persona que haga estas publicaciones facebookeras o si saben de algo publicado sobre literatura en Facebook. Este texto está abierto a discusión, comentario, corrección o ampliación y se trata, tal cual, de compartir perspectivas.

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