La Doña, la mujer de la eterna belleza, la Dama de oro, la creación hermosa de Dios, la belleza pura de México, la señora de las cejas altas y el cigarrillo en mano, la feminidad altanera que muchos adoramos, la hija de Sonora, la musa inspiradora de grandes como Agustín Lara quien le compuso María Bonita; y en las Propias palabras del gran Divo de Juárez, Juan Gabriel, en su canción pronunció lo siguiente: “Tan bella que te pareces a la madre de Dios”.
La belleza incomparable de la Doña la posicionó como una de las mujeres más hermosas del medio artístico y de la época del cine de oro mexicano y que en sus palabras diría: “Yo no me creo la divina Garza, ¡soy la divina Garza!”. Su belleza quedó plasmada en obras como la de Diego Rivera y otras que se encuentran bajo resguardo por la Fundación María Félix de la pintora Silvia Pardo, y por el señor Antoine Tzapoff.
Félix dejó un legado dentro del cine y la belleza de la mujer mexicana, quien se queda marcada a través de la televisión y los medios tradicionales, así como digitales aunque su legado no siguió en primera línea. Podemos encontrar algunos detalles en su sobrina-nieta María del Carmen Félix Espinoza.
María Bonita seguirá viviendo a través de sus recuerdos, de lo poco que ha sido rescatado por la Fundación María Félix y de todos aquellos que la mencionamos día a día.
La hija de Sonora abandonó el mundo terrenal un 8 de Abril, mismo día que estaría celebrando su nacimiento, dejó su casa en Ciudad de México para ser trasladada al Panteón Francés.