Hoy leí mi carta por Gabo Díaz

No eran ni las 8 de la mañana cuando ya estaba arriba de la cama saltando de alegría, para correr a ver mi zapato, la carta o lo que sea que dejaba y ver lo que tanto anhelaba.

Iba de prisa a casa de los primos para presumirnos los juguetes, para jugar entre todos, por su puesto, a veces sus regalos eran mejores que los míos y no entendía por qué si ellos no hacían su tarea o hacían berrinche a sus papás, y lo confieso, a veces me traían exactamente lo que pedía, otras no, mi mamá decía que era porque tal vez me faltó portarme un poco mejor en todo el año, no sólo los primeros días de enero; otras veces decía que había un rey mago pobre, uno rico y otro más o menos, y a veces se turnaban para dejarme obsequios.

Cada año que pasaba sabías que algún día acabaría la ilusión, yo imaginaba verlos pasar, pero me negaba, porque las galletas y la comida para los animales no estaban en las mañanas, y los grandes dormían cuando yo me despertaba…

Hace unos de años me tocó ver a los Reyes magos, y contrario a lo que puedan imaginar, ese día entendí todo. Las sugerencias de mi papi para escribir en la carta, las salidas al médico un día antes, mi mamá emocionada en la noche, mis tíos susurrando, los grandes distrayendo, y la cantidad de regalos que recibía año tras año.

Hoy se me llenan los ojos de tristeza al ver que hay algunos que son forzados a quitar la ilusión antes que a otros, porque tienen que trabajar, porque no alcanza, porque papá o mamá no están, porque son demasiados en la familia, porque hay sobrinos, hijos etc.

Hoy me tocó ser un Rey Mago, para mi hijo, para mi sobrina, para mi hermana menor, para alguien más, y entendí muchas cosas:

1- No importa la situación económica, siempre hay un regalo para ti.

2- El obsequio no está en el objeto en sí, sino en las manos de quien lo da.

3- Haces lo que sea por las personas que tanto amas.

4- Están muy lejos de ser Reyes, pero el título de Magos, les queda corto.

5- Aprendes a perdonar y a entender a tus magos.

6- En ocasiones sólo hay 1 rey.

7- Otras veces si son 3, gracias a los abuelos y parientes.

8- No importa la edad que tengas, cada 6 de enero tienes un nudo en la garganta.

Hoy leí mi carta, tenía el nombre de otro pequeño ser, inocente como yo a su edad, ilusionado con deseos como los míos, pero con la diferencia del esfuerzo y las ganas de llorar, sin saber si era de emoción o melancolía. Si hoy pudieras escribir una carta a tus reyes magos, ¿qué les dirías?

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