Querido lector, el día de ayer falleció el actor escocés Sir Sean Connery a los 90 años de edad, quien saltó a la fama cómo el James Bond original de 1962 a 1971, años después consolidó su carrera con películas como Il nome della rosa (1986) y The Untouchables (1987) con las que recibió múltiples nominaciones y premios, además de Indiana Jones: The Last Crusade (1989), The Rock (1996), Finding Forrester (2000) y una decena de películas en las que el público lo recuerda con cariño.
Tal fue el impacto de la franquicia de James Bond y el resto de su carrera, que en 1989 fue declarado el hombre más sexy del mundo (revista Life) y 10 años después el más sexy del siglo (revista People); para asombrarnos aún más, en su juventud fue modelo artístico en la escuela de arte de Edinburg, se enlistó en la Marina Real Británica e intentó jugar fútbol profesional en la segunda división escocesa con el East Fife FC, al grado que estuvo a nada de ser fichado por el Manchester United FC, estuvo tentado en aceptar pero prefirió la carrera de actor porque a los 30 iniciaba la decadencia de un futbolista profesional y teniendo 23 años en ese momento le quedaba poco tiempo.
La franquicia de James Bond, se convirtió en un referente cinematográfico para conformar el cliché del héroe masculino en pantalla y a diferencia del resto de películas que podemos mencionar y la amplia gama de actores que han interpretado este género, lo que hace único a ésta franquicia es la esencia del personaje: inteligente, varonil, refinado, educado, a la vanguardia de la tecnología, con múltiples habilidades y un encanto para las mujeres, básicamente termina siendo la guía de cómo debe ser un hombre hecho y derecho con porte y elegancia que lo caracteriza, un ejemplo del hombre moderno.
Se introdujo la figura de «la chica Bond» que si en un principio era un personaje secundario que fungía como el elemento sexy y romántico de la franquicia, con el tiempo se convirtió en un personaje co-protagónico que tuvo importancia para el desarrollo de la historia y que en un tiempo no muy lejano veremos a una chica Bond como protagonista.
La gran influencia que ha tenido la franquicia es tal que sin ella no tendríamos otros éxitos cinematográficos como sus propias comedias: Superagente 86 (1965-1970), Austin Powers (1997-2002) y Johnny English (2003) además de producciones similares cómo Misión Imposible (1966-1973, 1988-1990, 1996-2022), 24 (2001-2010), Jason Bourne (2002-2016) y Kingsman (2014-2021); está última intenta traer de vuelta la esencia para las nuevas generaciones, aunque cómo diríamos popularmente, «ha sido imitado, pero jamás igualado».
Así pues querido lector, se ha ido un grande del cine y el más grande del género de espías, que inspira y seguirá influyendo en la creación de nuevas propuestas cinematográficas para futuras generaciones, que en paz descanse Sean Connery.