La 196 es la vencida por Pollo Muñoz

Me gusta escuchar historias, en especial las de la gente adulta, de esas que transmiten sabiduría y después de tanto repetirse, se convierten en referencias exactas para saber cómo actuar ante determinada situación.

Hace tiempo un estafador se ganó mi confianza, me contó acerca de un negocio inmejorable que me iba a producir ganancias de manera rápida y segura. Como yo no contaba con el monto necesario, acudí a mi padre, quien al entregármelo me dijo: “no hay dinero fácil, pero así como el burro que no vuelve a andar por el sendero en el que lo mordió la serpiente, tienes que aprender, por la mala, que no debes confiar”. El desenlace era obvio: entregué el dinero al “inversionista” y jamás volví a saber de él.

Hace unas horas, vecinos de un fraccionamiento de Aguascalientes dieron muerte a golpes a un peculiar personaje, su nombre era Hugo y le apodaban “el huevo”. El huevo era escoria, de esas sanguijuelas que no tienen un oficio y no aportan nada a la comunidad, pero lo que lo hacía poseedor una fama sin igual, es que contaba con más de 195 detenciones por robar…Sí, así es, casi 200 veces fue ingresado a los separos por sustraer las pertenencias de personas que con trabajo y esfuerzo viven temerosas de ser víctimas de la delincuencia. Quizá “el huevo” nunca escuchó la fábula del burro mordido por la serpiente, pero después de algunos ingresos tuvo que haber aprendido la lección. No fue así.

Y es que no logro entender ¿qué es lo que hace falta para que superemos esta bochornosa era de la defensa hipócrita de los Derechos Humanos? ¿en verdad son tan estúpidos quienes defienden delincuentes para suponer que quien ha cometido diez veces el mismo delito tiene arreglo? ¿Cuántos inocentes deben morir a manos de quien está dispuesto a todo con tal de robar un celular? O mejor aún ¿Cuántos defensores de los Derechos Humanos han sido víctimas para entender la frustración de la sociedad al saber que hay personas que aunque vayan a prisión, jamás se arreglaran y por lo tanto, no pueden estar en libertad?

Los Derechos Humanos son para los Humanos Derechos. Entiendo la importancia de evitar la tortura, de asegurar el debido proceso, de contar con un defensor, eso no está a discusión, pero si realmente queremos que nuestras calles se dejen de teñir de rojo, debemos de buscar la justa proporción en las penas. Así como no se debe discriminar a una persona por contar con antecedentes penales, tampoco debemos permitir que quien ha probado 195 veces la imposibilidad de su readaptación, ande en las calles como si nada, sabiendo que las leyes lo favorecen e incluso lo protegen.

Sé que más de un abogado destrozará este texto y espero que así sea. Espero tener la oportunidad de confrontar la realidad en la que vivimos contra los supuestos inventados en los escritorios. Para mí, la respuesta es sencilla: la reincidencia extrema debe ser pagada con la muerte. Determinar si deben de ser 5 o 195 ingresos es absurdo, las oportunidades de cometer “errores” y delinquir deben de ser limitadas, y el Estado debe garantizar la seguridad de los ciudadanos. Encerrarlos de por vida no es opción, si no es posible su reinserción en la sociedad, es preferible que las autoridades se manchen las manos de sangre, antes de que se vuelva costumbre el hacer justicia por propia mano, lo cual, es también indeseable.

La alarma está encendida. Miles de personas celebran la muerte de ladrones a manos de justicieros, y quienes hoy gobiernan deben de entender que los tratados internacionales no sirven para calmar la agitación social. Si la autoridad no aplica mano dura contra los inadaptados ahora, enfrentaremos graves consecuencias en muy poco tiempo.

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