La belleza de la pequeñez por Joan Carel

Fotografía: Leopoldo Smith Murillo

Las obras de Toutito Teatro son sin palabras, para “no hablar nada, solo reaccionar” ante el paso de la vida en escenarios diminutos y los momentos cruciales del desarrollo personal.

En el 52 Festival Internacional Cervantino, esta compañía francesa presentó Dans les jupes de ma mère (En las faldas de mi madre) y Monologue d’un chien bien coiffé (Monólogo de un perro bien peinado), que mantuvo la atención de la audiencia frente a su creativo vestuario que se convertía y del que emergían, gracias a una precisa coreografía, los personajes y los espacios.

Sandrine Nobileau, Ixchel Cuadros y Ádám Baladincz alternaron entre la dirección y la actuación durante cuatro funciones, invitando a las personas para acercarse los más posible al escenario para apreciar con detalle todo.

En la primera obra, dirigida por Nobileau, Cuadros y  Baladincz interpretan a la madre y al padre de una pequeña niña que pronto irá a la escuela. Las gafas de la actriz se convierten en las ventanas de una casa que repentinamente comienza a desplegarse y de una chalina se extiende un jardín.

La niña es un títere del tamaño de una mano que aprende a ir al baño y deja correr por las escaleras, que se despliegan del broche de su madre, un ruidoso balón. Conforme se acortan las horas (minutos) para el gran día, un zapato se convierte en lavaplatos y después en bañera; el faldón de la mujer, en mesa de comedor.

Los cuerpos de los actores son también las calles y carreteras por las que el carrito familiar los transporta hacia el colegio. En el trayecto, ocurren múltiples sucesos infortunados que conocen todos los tutores cuando procuran llegar a tiempo con niños. Bien lo comentó la directora, con esta obra se  busca enfocar tiernamente la atención en la perspectiva de las madres y los padres ante la primera ruptura del vínculo con los hijos.

Fotografía: Leopoldo Smith Murillo

De una mochilita, que sujetan primero los adultos de cada lado como si fueran brazos, surge la escuela y la falda de la madre se transforma en el feliz patio de juegos donde la pequeña ríe junto a sus nuevos amigos, mientras ellos observan con una mezcla de alegría,  melancolía y fortaleza. Luego, desde la cintura de la mujer, ambos personajes jalan la tela y el dibujo cobra movimiento desplazando a los niños al interior del inmueble.

Finalmente, la pareja se abraza con orgullo, se felicita cual equipo y, tomados de las manos, se integran a los sonidos de una vida para “grandes” otra vez.

En cuanto a la segunda obra, dirigida por Baladincz, las dos actrices son las encargadas de abrir la escena entre cajas azules rectangulares, de cuyas caras y estructuras sobrepuestas surgen escenografías diversas, casas, habitaciones y un sin fin de utilería  conforme se desarrolla la historia.

Monsieur Monchien, títere de tamaño real en comparación con los otros perros miniatura, llega al salón para recibir un corte de cabello. A medida que las estilistas experimentan en búsqueda del peinado perfecto, este anciano perrito con gafas y camisa a cuadros comparte las alegrías y preocupaciones de su cotidianidad rodeado de su familia.

Con un primer aspecto gruñón, Monchien se descubre como un abuelo amable y amoroso que evoca la voz de sus nietos llamándolo en el parque. Entre uno que otro divertido accidente con su dentadura y un libro pop up, destaca el trabajo de las actrices para ocultar y mostrar al perrito sin interrumpir la fluidez narrativa, pues ellas son sus manos al mismo tiempo que crean los cuadros e interactúan como personajes.

Sobre un tablero de ajedrez y con títeres de dedo y de papel, se conforma una metáfora sobre la vejez y la vida entre una fiesta, la vista intermitente de una ambulancia y la partida de los amigos. Monsieur Monchien, asustado y cual canino, se come de un bocado a la figurilla de la muerte y se despide satisfecho con el cabello bien peinado para seguir disfrutando la vida.

Ambas obras tienen una duración aproximada de treinta minutos, tiempo suficiente para contar historias profundamente conmovedoras aun con la sencillez de sus tramas. Lo único que queda a desear es una mayor visibilidad sobre lo que ocurre en escena, pero justamente es en esa pequeñez donde se aloja su sorprendente belleza.

Dans les jupes de ma mère / Monologue d’un chien bien coiffé
Toutito Teatro
19 y 20 de octubre de 2024
Teatro Cervantes

Historia Anterior

En la calle de algún lugar por Joan Carel

Siguiente Historia

Un bebé grande por Joan Carel