LA ESENCIA REAL DEL CORAZÓN LATINO, EN EL PAÍS DE LAS OPORTUNIDADES por Lizbeth Toral

 

He tenido la oportunidad de sentir; de una manera muy cercana y real, el palpitar más significativo de un corazón que sobrevive a una herida abierta, que sabe, no podrá curar pronto, o simplemente, no podrá hacerlo.

Y es que damos por hecho que la vida se vuelve perfecta para todos estos corazones, en el momento en que cruzan un rio, un desierto o un sin fin de obstáculos diseñados para enfrentar su propia realidad, pero no sabemos lo que tienen que hacer para alimentar las promesas que han dejado en casa.

He visto los ojos tristes y cristalinos de aquellos que dijeron adiós, y no pudieron volver a decir hola, he visto las manos de una persona que trabaja para su generación y se ha olvidado de su yo mismo, he visto el miedo en los ojos, de quien no ha cometido jamás un delito; más que el de ser parte de una raza pobre, acechada y manipulada por sus fuerzas al mando, sin ser culpables de más nada, tener que  huir todo el tiempo de la ley.

Cuando nosotros somos parte del círculo de estas personas, simplemente sonreímos y deducimos felicidad, por una mueca esperanzadora que muestran sus caras, pero ¿cómo podemos saber qué es lo que pasa detrás?

Confirmo que este es el país de las oportunidades, que es más sencillo conseguir objetos materiales y vienes valuados en una cantidad monetaria, que lamentablemente en nuestro país no podríamos obtener, y así mismo, confirmo todo lo que una persona tiene que pasar para poder conseguir todo eso.

Hablo de soledad, depresión, represión, racismo, clasismo, falsa identidad, ansiedad, y por tanto, enfermedades físicas y mentales que al cabo son su última prioridad, porque en casa necesitan comer. Se rompe la armadura de orgullo y de ego y comienzan de cero con un idioma desconocido y necesario para su supervivencia.

Cada día hay un reto diferente, un motivo sumado a los tantos que su mente y corazón ya contemplan, cada día hay una lucha consigo mismo para poder mantener las fuerzas de subsistir en este nuevo lugar para poder darle a sus frutos un poco mas de herramientas para la vida.

Pero si hay quien odia sus heridas, este individuo ama las suyas. Sabe crecer en la soledad, sin miedo al ayer, sin miedo a luchar, con hambre de tener y ganar. Da y no le importa si recibe, reza y pide por un día volver, entiende la vida desde la tristeza con la única ilusión de que un día la vida le dé oportunidad de ver su precioso árbol crecer.

Ama y bendice a quien anda en este calvario, porque lo necesitan más de lo que aparentan.

 

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