La luna por Ivonne García Lemus

Aquella pequeña bola color gris que vemos cada noche, allá a lo lejos en el cielo infinito. El encanto que representa con sólo verla salir de aquel cerro lleno de árboles, aquella luna grandota como una pelotota de un amarillo intenso.

 La luna y el mar, que bonita combinación, suena bien para unas vacaciones de verano después de tanto tiempo en la ciudad.

Algunas personas creen que dentro de la luna se esconde un gran conejo, ya que cuando está llena se ve ese enorme reflejo que si nuestra imaginación no nos falla claro que la luna es de queso y también hay un conejo dentro de ella.

Viendo la luna a través de la ventana en los tiempos difíciles mientras nos abarcan un montón de recuerdos dulces y nostálgicos, nos damos cuenta de que la vida tiene su secreto y quizá ese secreto lo descubrimos al mirar la luna todas las noches, claro que ella no va a resolver el problema, pero nos hace olvidarlo por un momento.

En un cena especial entre dos enamorados, alguno de los dos planea una cena al aire libre y si ese día no hay luna simplemente la atmosfera se siente diferente. La luna hace que suceda la magia, que el romanticismo fluya, que el aire despeine su cabello suelto, que las velas se apaguen y que  la luz de la luna los ilumine por un largo rato para que después se consuman a besos.

En la cuestión de los poetas, esas personas que con palabras cambian un suceso simple, hacen que las palabras suenen maravillosas en un poema. Y en algunas de tantas frases del gran poeta Jaime Sabines, aparece la luna, en el siguiente verso: “la luna se puede tomar a cucharadas o como una capsula cada dos horas,  es buena como hipnótico y sedante, también ayuda a los que se han intoxicado de filosofía. Un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo.”

La luna es parte de cada compositor, en sus canciones, en sus creaciones a cada momento: luna tu que lo ves, canta aquella señora con un sentimiento de dolida.   Pero ahí está la luna, como se podría quitar del cielo la luna, es el pedazo de una canción de Maná. Y la luna se fue, tras pasar la noche en vela preguntándome cómo llegue a ser tan sólo una voz, también es fragmento de  una canción de la compositora Natalia Jiménez, y si nos ponemos a repasar cada canción que en algún verso tenga la palabra luna, pues son muchísimas.

En fin, todo aquel que no conozca la luna, la verdad está perdido dentro de una choza de algún cerro enorme alejado de todo movimiento.

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