En qué momento dejamos la realidad a un lado para perdernos en lo cotidiano.
No nos perdimos el día que entró ningún partido político a gobernar, ni hoy ni antes; está claro que las condiciones sociales, culturales y políticas cambiaron, pero no tendría que influir en nuestra toma de decisiones, porque aun cuando tuviéramos todo en nuestra contra, tendríamos que buscar una forma de mejorar y no por el contrario.
Abro la incógnita ¿De quién es la culpa, de las escuelas que no revisan, de los docentes que no cuidan, de los niños que hacen bullying, del oficial corrupto, del tutor que no se hizo cargo, o de los padres que nunca están?
No es la primera ocasión, y rogamos que sea la última, pero de qué sirve si seguimos dando Tablet y celulares, en lugar de trompos y yoyos, o construirles una pequeña casa o pista de carreras en lugar de juguetes de pistolas y cadenas. Porque puede que seas una persona ejemplar, que no bebas ni una gota de alcohol, que tengas el mejor empleo o toda la riqueza del mundo, pero si te da miedo decirle que NO a tu hijo, o justificas con que tú no tenías nada en la infancia y quieres dar todo a los tuyos ahora que puedes, las cosas no van a funcionar sin límites.
Y no es que estemos amañados o mal educados, o que a veces los padres tienen culpa de todo, porque cada uno es actor consciente de sus decisiones con todo y los “buenos” consejos que recibimos, pero se nos olvida lo de adentro.
Lo que nos motiva o nos tira al vacío, seguimos diciéndole “locos” a las personas que van a un psicólogo cuando no encuentran rumbo, menospreciamos los sentimientos ajenos, vemos exageradas los dolores de las personas, decimos frases como: “es la edad”, “así era yo”, “apoco vas a llorar por eso”, “estoy ocupado” y demás.
Con todo y los párrafos de sermones acerca de lo que pudiésemos decir que está bien o mal, aquí qué pedo, ¿qué sigue?, reflexionar y ACTUAR.
Movernos; no te pido que hagas campañas inútiles de 3 meses, que se pregone en las calles y escuelas, que no estaría mal, sin embargo, así como se repite infinitas veces el dicho “primero amar a uno mismo y luego a los demás”, de la misma manera hay que moverse, con los tuyos, con los nuestros, no escandalizando, sino entendiendo, pero sin tratar con pinzas, encontrar el equilibrio exacto para funcionar.
Poner mano firme cuando se necesite, y ser el amigo al que acuda y no del cual huya, porque un núcleo no fortalecido, hace un desmadre y deshace a los que tratan de forjarlo, rompe corazones e ilusiones.
Ya lo sé, estás consciente de ello y quedémonos pues, con la intención de actuar y no sólo quejarnos, que al final, para eso tenemos estas poderosas redes sociales, usémoslas para construir y comunicar, unir y modificar el mundo en el que vivimos, porque si bien es cierto lo que dicen, si no nos acaba una tercera guerra mundial, desastres naturales o algún extraterrestre, lo haremos nosotros mismos…
FOTO: PATO FLORES