Penélope por Gabriela Cano

Últimamente me he sentido fantasma. Quiero decir muy poco viva o presente. Sé (cada vez más) que no es gracioso hacer metáforas sobre sentirse muerto. Entretanto: escribo. No desde la novedad pero sí desde el deseo. Ver una u otra línea aparecer da la apariencia de algo de continuidad o hace sentido. Lo digo así porque imagino que se construye a pesar de los nudos o los vacíos de nuestra interpretación. El otro día, un amigo llamó y platicamos sobre eso. Recordé a Pénelope y todas las veces que habría de destejer aquel sudario. Ella soporto veinte años, deshaciendo por la noche lo creado durante el día. Dudo mucho que haya sido en la espera ¿Habrá escuchado también el canto de las Sirenas y pensó en ceder alguna vez? Justo ahora no escucho nada afuera ni una voz ni un coche ni al vecino ni a su música. Intento fijar este momento.

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