Sueño Profundo de Banana Yoshimoto Por: Gabriela Cano

Este es un libro sobre historias de gente que duerme, se durmió, y en el que se piensa a través del dormir:  una mujer tiene un amante cuya esposa está en coma y ellas se relacionan a través del sueño de la otra. Una mujer sueña con la novia ya muerta de un amante para darse cuenta de que ellas se apreciaban más juntas que con el otro. Una mujer relata como cuida a otra que está como sonámbula por una tragedia. Esas tres historias aparecen separadas una de la otra en forma de cuentos, pero se unen en cómo exploran los vínculos que pueden escapar de la conciencia podría decirse despierta.

La trama es más interesante. Una dicotomía entre si efectivamente dormimos cuando lo hacemos o si todo es un medio para otra cosa de la que pasamos en el cotidiano; o por el contrario, también sería una extensión absurda -pero no menos seria-. Podría ser ninguna. No todo se resuelve cuando se busca significado menos al tratarse de los personajes.

Quizás, lo que lo complica la narrativa es la claridad con que la autora ofrece ciertas confesiones, como si tratara de algo, que también uno desea haber dicho. Da lo mismo que resulten preocupaciones menores y superfluas, cómo si uno tendría una cita exclusivamente para dormir y pagaría por ello hasta otras que, sí llegan a ser un punto de inflexión, qué -precisamente- implica estar despierto cuando el otro en la cama, es alguien que no se conoce. ¿Qué clase de conocimiento (más denso) ocurre en ese desaparecer debajo de las almohadas?.

Luego me pregunto; si desearía abarcar el espectro de emociones que ofrece el relato, definitivamente, sí. Hubiese admitido que, ciertas atracciones sencillamente son un reflejo y que no tienen forma de originarse pero que, -obviamente-, pueden dejar de existir. A veces como la neblina, como la lluvia que apenas cae, como una tormenta o un día soleado y muy tonto y feliz. En realidad, es bello saber que el drama es innecesario. Quizá por eso al leer se puede palpar un poco el deseo y otro tanto el vacío. Si hay un vaivén en eso igual que las nubes de la portada o las que vemos cuando salimos.

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