Conocerte en la distancia, saber que tu amigo es mi maestro, aguantar la incertidumbre de encontrarte en algún cruce de caminos y, cuando por fin llega el momento, anuncias tu despedida y te vas. Oh, Serrat, vaya que eres una estrella distante y fugaz, tristemente efímera como todas las demás.
Es cierto que se festeja una fiesta, una enorme y dorada donde el júbilo lo inunda todo, pero esta vez no… Entre el barullo, la melancolía no puede disimularse, no puede evitar desbordarse en los ojos del público fiero y docto en las cuestiones de la vida, pues muchos de ellos, Serrat, son tus coetáneos.
Abriste el concierto con magia de luces moradas y rojizas, magia que solo las estrellas reverberan en su ocaso. Tu canto nos distrae de lo inminente; por un momento olvidamos que te despedimos y, ofuscados, unimos nuestras voces a la tuya, te acompañamos en un recorrido de canciones que preparaste para nosotros, veinticuatro, para ser exacto, y otras cuatro que estaban destinadas a complacer el ruego de tu regreso.
El repertorio, más que un concierto, es un agujerito hacia ti, a tus experiencias, a tu familia, a tus amigos y a tus arregladores musicales. “Mi niñez”, “Cançó de bressol”, “Lucía”, “Hoy puede ser un gran día”, “Mediterráneo”, “Es caprichoso el azar”, “Penélope”… todas, en suma, una trayectoria: tu vida que nos regalas en una noche, tu vida y una vida más que resuena junto a la tuya, la de Miguel Hernández, pues dotaste de música y de recuerdo su poema “Nanas de la cebolla”; ninguno de los dos será olvidado.
Bien dijiste, “dejaré los escenarios, pero no a ustedes”. Esta noche, tu esencia trasciende a tu cuerpo para vivir en nosotros. En el recuerdo y en la música, te convertirás en uno de esos personajes de los que nos hablaste, “esos que no están hechos de verdad o de mentira, sino de otro material”, esos que viven para siempre.
Cantas por último “Fiesta”, donde el pobre regresa a su pobreza y el rico a su riqueza. ¿A dónde regresas tú, Serrat? Gozoso, ardiendo y delirando, agradecido con el público y con la vida, así te despides, Serrat, viendo justas las noches.
Joan Manuel Serrat
El vicio de cantar 1965-2022
23 de octubre de 2022
Explanada de la Alhóndiga
Fotografía: Germán Romero (cortesía FIC)