Terremotos, fenómenos impresionantes y destructivos Por Aarón González Alvarado

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La mayoría de las personas conocen ese tipo de fenómenos llamados sismos, temblores o terremotos, que son términos utilizados para referirse a las acciones generadas debido al movimiento de las placas tectónicas que existen en nuestro planeta, pero, alguna vez te has preguntado de donde se origina o la manera en que lo hace este tipo de fenómenos que son tan impresionantes como destructivos, pues estas en el lugar correcto, ya que en los siguientes párrafos descubrirás cómo se forman estos movimientos.

 

El estudio de los terremotos se denomina Sismología y es una ciencia relativamente reciente. Hasta el siglo XVIII los registros objetivos de terremotos son escasos y no había una real comprensión del fenómeno. De las explicaciones relacionadas con castigos divinos o respuestas de la Tierra al mal comportamiento humano, se pasó a explicaciones pseudo-científicas como que eran originados por liberación de aire desde cavernas presentes en las profundidades del planeta. El primer terremoto del que se tiene registro data del año 1177 en China, mientras que en Europa el primer terremoto mencionado fue en el año 580, sin embargo, no fue hasta el siglo XVI en adelante, que estos fenómenos fueron y registrados con mayor eficiencia, claro sin llegar a las mediciones y estudios que realizamos hoy en día.

 

Un terremoto, sismo o temblor, es lo que ocurre cuando dos bloques de corteza terrestre “resbalan” una encima de la otra. A la superficie donde estas colisionan se le llama falla o plano de falla. El punto donde se origina este fenómeno debajo de la corteza de la Tierra se le conoce como hipocentro y la ubicación directamente arriba de este, que es donde nos afecta a nosotros, es llamado epicentro, en este punto es donde se generan los movimientos que nosotros sentimos, como lo ocurrido en los terremotos de México en 1985 y en el 2017. Además del movimiento principal, que es el de mayor magnitud, se pueden tener réplicas de menor intensidad.

La Tierra tiene cuatro capas principales, el núcleo interno, el núcleo externo, el manto y la corteza, esta actúa como una pequeña “capa de piel” para la superficie del planeta, es en ella donde se alojan los océanos y los continentes. Pero esta pequeña “capa de piel” que tiene nuestro mundo está hecha de varias piezas como si fuera un rompecabezas que además se están moviendo lentamente y rozando unas con las otras. Estas piezas son conocidas como las placas tectónicas y las esquinas de estas son llamadas límites de placa, y es la principal razón por la que se origina estos movimientos. Estos límites están formados en su mayoría de fallas, y la gran parte de los terremotos que ocurren alrededor del mundo se originan debido a estas. Ya que la mayoría de los límites de placa son rugosos, están se quedan atascadas unas con otras mientras la Tierra sigue girando.

 

Mientras estas esquinas o límites están atascadas, el resto del bloque se sigue moviendo, la energía que normalmente causa que los bloques simplemente resbalen unos de otros, se va acumulando poco a poco. Cuando la fuerza que intenta mover estos bloques supera a lo que puede resistir la roca, esta se libera en grandes cantidades en forma de ondas sísmicas, como las que vemos en el agua al lanzar un objeto a ella. Finalmente, estas ondas viajan a través de la corteza hasta la superficie, sacudiendo todo lo que este a su paso.

A lo largo de la historia se ha buscado la manera de medir y predecir la ocurrencia de los terremotos. Una de las escalas para medir la intensidad de estos es la ya conocida escala Richter la cual fue ideada en 1935 por el sismólogo Charles Richter y los valores van de 1 al extremo abierto. La medición es cuantitativa, mide la energía sísmica liberada en cada sismo independientemente de la intensidad. Se basa en la amplitud de la onda registrada en un sismograma y es la manera más conocida y más ampliamente utilizada para clasificar los sismos.

 

Desgraciadamente no existe aún una manera de poder predecir tales movimientos debido a su naturaleza y que pueden ocurrir a miles de metros de profundidad, lo único que podemos hacer es estar atentos y saber lo que se debe de hacer en caso de estar en el momento que ocurra uno.

 

 

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