Un clásico de Navidad en el Teatro Bicentenario Por Daniela Avila

Clarita ha caído en un profundo y bello sueño, después de celebrar la fiesta de Navidad con sus padres, abuelos y amigos, embarcándose después en la aventura de recorrer el Mundo de las Nieves y el País de las golosinas de la mano del apuesto príncipe en el que se convirtió El Cascanueces.

Este fin de semana, la Navidad llegó al Teatro Bicentenario en León, Guanajuato, de la mano de El Cascanueces con el Ballet de Monterrey.

La primera de tres funciones dio inicio el viernes 6 de diciembre a las 8:00 p.m. con el recinto lleno.

Un clásico de la temporada cautivó a todos los presentes, no nada más por la ejecución de las piezas de baile, sino también por la hermosa y deslumbrante escenografía que, al aparecer tras el telón, te transporta automáticamente a un mundo de fantasías.

Los asistentes pudieron acompañar a Clarita y El Príncipe a la batalla contra el ejército de El Rey ratón y a sus aventuras por el Mundo de las Nieves y el País de las Golosinas, mientras copos de nieve caían sobre sus cabezas.

Cada uno de los dulces habitantes de dicho país, ejecutaron hermosos bailes que emocionaron a la audiencia, siendo los nuggat de Rusia, unos de los más aplaudidos. Pero, Clarita y El Príncipe no participaron únicamente como espectadores de los bailes realizados por el café turco, el chocolate de España y el té de China, sino que protagonizaron  el vals de las flores y dieron oportunidad al Hada de Azúcar y su caballero a unirse al baile de todas las golosinas.

El Ballet en dos actos, no dejó de recibir los plausos con que se le reconocía por parte del auditorio, ya que al final de cada pieza, los bailarines agradecían con reverencias la gratitud y calor que emanaba desde todos los rincones del complejo y, dos horas después de iniciado el evento, el telón volvió a cerrarse después de mostrarnos que Clarita había despertado de un sueño.

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