Una presea para la OSUG por Rebeca Lsp

GabrielMorales/ArchivofotoFIC2019

“Justificado o no, gozamos de fama de gente aficionada a los buenos espectáculos. Contamos con un magnífico teatro construido a principios de siglo, lugar muy adecuado para funciones culturales, teatro, conciertos, conferencias, recitales.” Así inicia el cuento “Yola Blanca, declamadora”, del insigne personaje guanajuatense Eugenio Trueba, haciendo referencia a los habitantes de la ciudad y al Teatro Juárez. Y resulta una agradable curiosidad que fuera precisamente en este ecléctico recinto donde se entregó la presea que lleva su nombre a la orquesta residente del Festival Internacional Cervantino (FIC), la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG).

La presea comenzó a otorgarse a partir del año 2014 con el propósito de reconocer al talento local que ha formado parte del FIC, en el caso de la OSUG es un merecido galardón, pues se ha presentado ininterrumpidamente en las 47 ediciones del festival y “por su papel fundamental en la cultura musical guanajuatense”, como se externó al momento de entregar el reconocimiento. No es mentira, si hay algo bien delimitado en el panorama cultural de la ciudad es el público de los eventos musicales, algo que explicaría, en parte, la arbitraria decisión de otorgarle a la música gran parte de los eventos del festival este año: a los guanajuatenses les gusta consumir música.

La audiencia se quedó en silencio después de la entrega del reconocimiento y a la expectativa del inicio del evento, que comenzó con el hipnótico Bolero de Maurice Ravel, excelente selección para introducir al público en la atmósfera de la fantasía. Algunas cabezas comienzan a balancearse a su ritmo, los pies cruzados empiezan a seguir el ritmo o a tamborilear en silencio contra el piso. Termina en un estallido de aplausos y vítores.

La narrativa musical continúa con una pieza de Alexander Glazunov, tanto más llena de alegres notas rodeando a un protagónico violín, ejecución a cargo del reconocido violinista Carmine Lauri, invitado de la London Symphony Orchestra, que de tan apasionada termina cautivando a todos en la sala.

Después del intermedio inicia el ensamble principal de la noche Música fantástica: a 150 años de la muerte de Berlioz, que, después de la pertinente antesala musical, hace vibrar al teatro y las fibras sensibles de sus espectadores. Muchos, se lanzan hacia delante de sus asientos en inconsciente embelesamiento. Más adelante se presenta Un bal, regalándonos uno de los picos líricos más altos de la noche.

La atmósfera que se genera es un viaje al romanticismo que impregna el recinto de una sonora manifestación sublime, digna de su particular magnanimidad. El concierto se acaba, tras explosiones de frenesí musical, habiendo tocado gran parte de nuestro espectro de emociones.

Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato
Música fantástica: a 150 años de la muerte de Berlioz ​
13 de octubre de 2019
Teatro Juárez

Fotografía: cortesía FIC

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